¿Copiar a Pujol para borrar a Pujol?

Francesc Homs y Artur Mas, en el acto de la candidatura Democràcia i Llibertat, en Barcelona.

Francesc Homs y Artur Mas, en el acto de la candidatura Democràcia i Llibertat, en Barcelona. / periodico

ANDREU FARRÀS

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Con el propósito lógico y legítimo de pasar muchas pantallas de golpe e intentar hacer olvidar algunos episodios del pasado que lastran para siempre el futuro de Convergència, Artur Mas ha propuesto el pasado fin de semana “sembrar” un nuevo partido. Desaparece la palabra refundación, usada hasta ahora, y aparece la palabra creación de algo nuevo; no se habla de renovación del partido sino de un partido de nueva planta.

Mas indicó además que a la integración de este nuevo “instrumento político” estaban llamados “los socialdemócratas, los liberales y los socialcristianos”, más conocidos en otras épocas como democristianos.

Como pocas cosas nuevas nacen bajo el sol, si al final Junts pel Sí y la CUP no llegan a ningún acuerdo para investir a Mas presidente de la Generalitat y se cumplen las amenazas de convocar otras elecciones al Parlament en marzo, puede darse la casual circunstancia de que el día de los comicios coincida con el 40º aniversario de la constitución como partido de Convergència Democràtica de Catalunya.

El 28 de marzo de 1976, en la tercera asamblea general de CDC, esta organización se constituyó formalmente en partido político y se dotó de unos estatutos provisionales y un programa económico y social que lo definía como “nacionalista de centro-izquierda”. La “semilla” de CDC fue plantada en 1974 en Montserrat por nacionalistas diversos que se habían reunido en el monasterio bajo la tapadera de una reunión de compromisarios del Barça.  

Bajo la batuta de Jordi Pujol, miembro del “secretariado político”, CDC expresaba en su programa de 1976 su deseo de ser el eje de un “movimiento” más amplio que pudiera integrar corrientes políticas diversas dentro de un solo partido para llevar a cabo la construcción nacional de Catalunya.

¿Y quiénes integraban estas corrientes políticas diversas? Inicialmente, socialdemócratas que abandonaron el Reagrupament Socialista de Josep Pallach como Joaquim Ferrer Fèlix Martí; democristianos escindidos de Unió Democràtica como Anton Cañellas y Josep Miró Ardèvol; independientes como Miquel RocaMiquel Esquirol Miquel Sellarès (en los últimos años, impulsor de la ANC), y personas vinculadas a Jordi Pujol, sobre todo a través de Banca Catalana o de las empresas de su entorno, como Jaume RossellJoan GranadosFrancesc Cabana, Jaume CasajoanaJoan Rosell o los hermanos Sumarroca. Los liberales se incorporarían años más tarde a través de la Esquerra Democràtica de Catalunya de Ramon Trias Fargas y Macià Alavedra.

Socialdemócratas, democristianos, liberales y pujolistas de “pedra picada”. Salvo el cuarto mimbre -imposible incluso por razones biológicas-, los otros tres (Reagrupament de Carretero, Demòcrates de Catalunya de Castellà, exdirigentes ugetistas) son los mismos que Mas pretende entrelazar ahora para crear un “nuevo” instrumento político; plantar a comienzos del 2016, subraya, la semilla (el árbol es el símbolo de CDC) para que florezca algo que a los electores les parezca innovador, distinto, puro y cristalino. La duda es si a los ciudadanos les gustan los productos tan forzadamente transgénicos.