PEQUEÑO OBSERVATORIO

No conviene que los ángeles tengan sueño

Los ángeles deben estar siempre despiertos. Son los demonios los que conviene que se duerman, día y noche

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icoy263586 dormir170316171957 / CARLOS MONTAÑÉS

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Debo confesar que la información que he visto publicada en este diario me ha sorprendido. Decía que uno de cada tres españoles tiene patologías con el sueño. Y que aunque la mayoría de casos resultan tratables, el problema es realmente importante. Hay cientos de patologías de este género desde el síndrome de las piernas inquietas a las frecuentes apneas. Todos sabemos que dormir bien es un factor que ayuda a vivir bien. Y que si hemos dormido mal tenemos una tendencia a levantarnos de mal humor.

En una época ya bastante lejana me acostumbré a tomar un discreto somnífero para asegurarme de que dormiría bien y al día siguiente me despertaría activo y lúcido. Hasta que dejé de tomarlo. Ahora me duermo sin ayuda y sin problemas. Tal es la influencia de la vejez, que suele ser un proceso de adormecimiento. Natural y progresivo. Alguien ha considerado extraño que la última cosa que hago despierto, cada noche antes de dormir, es dedicarme a resolver un crucigrama del diario. Son mis sedantes. No tengo que pensar en nada que me afecte.

Miguel de Cervantes se disparó en el 'Quijote' hablando del sueño cuando escribió: «Bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos sufrimientos, manjar que quita el hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor...».

Y puesto a citar, me sé de memoria aquella nana de la ópera  'Porgy and Bess' que me acompaña desde hace muchos años. «Hace calor y la vida es fácil. El pez salta y crece alto el algodón... No llores, hijo mío. Papá y mamá están a tu lado». La interpretaba una amorosa cantante negra que tenía una voz profunda y tranquila.

Es muy conocida la frase 'dormir como un ángel'. Yo no la diría nunca. Francamente, los ángeles deben estar siempre despiertos. Son los demonios los que conviene que se duerman, día y noche.