Contra la Catalunya binaria

Demócratas o fascistas, patriotas o traidores... Muchos catalanes con ideas propias están hartos de que los encajonen en bandos y los tomen por idiotas

El cartel que ha aparecido en Lleida contra Iceta, Arrimadas, Rabell y Albiol.

El cartel que ha aparecido en Lleida contra Iceta, Arrimadas, Rabell y Albiol. / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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No hay término medio. O eres demócrata y apoyas un referéndum, cualquier referéndum, o eres un fascista que niega al resto su inalienable derecho a decidir. O eres partisano de la república catalana, de cualquier república catalana, o colaboracionista lacayo de los tiranos que nos sojuzgan, un "enemigo del pueblo". No reflexiones, no vaciles, no preguntes por el mañana. O patriota o traidor. Tú eliges.

Esta es la Catalunya binaria gestada estos años por el 'establishment' independentista, la que ahora nos exige a todos, abracemos o no su dogma, un postrero acto de fe: ve a votar el 1 de octubre --ya te diremos cómo, dónde y con qué garantías democráticas-- y confía en nosotros, que todo irá sobre ruedas. Tanto da lo que digan la ley del Estado opresor, las normas de esa Unión Europea que tarde o temprano se rendirá a nuestros pies o los legítimos representantes del 52% de los catalanes que en las urnas no avalaron nuestra hoja de ruta rupturista. Que no te engañen: la democracia está de nuestro lado.

De un tiempo a esta parte asistimos a un fabuloso ejercicio de manipulación psicológica de la sociedad catalana. Ante el inmovilismo del Estado y la ausencia de un discurso alternativo, los independentistas 'pata negra', los recién conversos y sus serviles medios han impuesto el relato: España, presa de la corrupción y del posfranquismo, es una pseudodemocracia, un estado fallido. Por contra, Catalunya es un vergel libre de malas hierbas.

Vale, anteayer CiU apoyó la amnistía fiscal y los Pujol se acogieron a la misma, el Palau era una cloaca convergente y en la intimidad del 3% se hablaba catalán. Nada, excrecencias del decrépito régimen autonómico. Eso con la independencia fijo que no pasaría.

ENCAJONADOS

Catalunya, por fortuna, es mucho más que esa maniquea disyuntiva. Hay demócratas reacios a un referéndum unilateral, sea de parte o de 'fireta'. Catalanistas que anhelan otra España. Independentistas pausados que, antes de vencer, quieren convencer. Muchos, muchísimos catalanes con pensamiento propio y complejo, hartos de que unos y otros los encajonen en bandos binarios. Y de que los tomen por idiotas.