Chaves y Griñán en 5 lecciones

Cinco años, cinco meses y 100.000 folios después de iniciada la investigación del caso de los ERE, un juez ha decidido abrir juicio oral contra dos expresidentes de la Junta de Andalucía y 25 exaltos cargos más por el reparto arbitrario de ayudas públicas entre los años 2000 y 2011. Del revolcón judicial a Manuel Chaves y José Antonio Griñán se desprenden algunas lecciones.

Primera. Era muy poco defendible que dos máximos responsables del Gobierno andaluz mientras se cometían las tropelías no supieran nada de unas prácticas que afectaban a tanta gente. A diferencia de otros casos de corrupción, el de los ERE de Andalucía requería la participación, por acción o por omisión, de demasiada gente. El recurso al «yo no sabía nada» no podía colar.

Segunda. La entrega del carnet del PSOE por parte de los dos dirigentes andaluces se presenta como un gesto de ética política propio de los nuevos tiempos, cuando ambos han protagonizado un penosos ejercicio de resistencia a abandonar sus sillones.

Tercera. El PSOE y, en particular, Pedro Sánchez, tendrán ahora mucho más difícil la campaña. Será complicado para el candidato atacar a Mariano Rajoy por la corrupción cuando ha tenido en casa una pareja tan sospechosa.

Cuarta. El socialismo andaluz, llamado a desempeñar un papel fundamental en la etapa política que se avecina, ha perdido la ocasión de hacer una limpieza interna después del megaescándalo. Han tenido que ser los jueces y la presión de Ciudadanos para facilitar el Gobierno de Susana Díaz los que han acabado con las carreras políticas de Chaves y Griñán.

Quinta. La justicia es exasperantemente lenta en los casos de corrupción. La instrucción de este caso, pese a la complejidad y dimensión, ha durado demasiado tiempo. Y aún queda un larguísimo camino por recorrer.

Conclusión final

Nada da tanto la razón a quienes, injustamente, dicen que el PP y el PSOE son lo mismo que la corrupción y la reacción obstruccionista ante los escándalos. ¿Ha valido la pena tanta resistencia?