Editoriales

Conflictos éticos y maternidad subrogada

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El debate sobre la subrogación de la gestación ha vuelto a encenderse en nuestro país, en la perspectiva de unas elecciones que pueden convertirse en escaparate donde exponer las posturas a favor y en contra de una actividad ciertamente controvertida a nivel moral. La denominación popular de vientres de alquiler y la más políticamente correcta de maternidad subrogada maternidad subrogadaya denotan uno de sus aspectos más discutidos: se trata de un intercambio comercial en la que una de las partes paga a la otra un servicio que consiste en la utilización del útero para gestar un bebé que proviene genéticamente de un óvulo fecundado antes. Determinados movimientos feministas hablan de una «violencia obstétrica extrema» que convierte a la gestante en «una vasija», mientras que los defensores de la práctica alegan que cada mujer puede hacer con su cuerpo lo que le plazca, siempre que se den condiciones mínimas de libertad y garantías jurídicas.

En España, la maternidad subrogada no es legal y los futuros padres que desean recurrir a ella, y que optan por llevar a cabo su proyecto en el extranjero -en países como Grecia y Ucrania y en algunos estados de EEUU- , deben enfrentarse a una complicada tramitación legal para poder registrar al recién nacido como hijo suyo. Entre la técnica que lo hace posible y la ética que lo cuestiona, se abre un debate en el que, ante todo, debería imponerse una regulación efectiva y segura, con respeto por los derechos de quienes libremente deciden actuar así.