Pequeño observatorio

Me confieso enamorado de los planos

La geografía resulta apasionante, sobre todo si el territorio está poblado y estructurado

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Hay quien es musicófilo, quien es francófilo, quien es bibliófilo. Es decir, amante o devoto de algún hecho o de algo. Yo soy mapófilo.

Ya cuando aún era un niño me atraían los mapas, y me parece que en algún libro he explicado esta pasión. Y es un hecho que en casa tengo una buena colección de mapas. No se trata de mapas antiguos, de valor histórico, que muestran el territorio de un país siglos atrás, o de una parte del planeta, mapas que ahora sorprende que pudieran ser útiles para los navegantes y exploradores de tiempos remotos. Mapas que se pueden encontrar en los museos.

No. Hablo de mapas vulgares, productos comerciales que se venden a los turistas de hoy. Mapas que he comprado en una librería o me han regalado en algún hotel. Mapas de la mayoría de países de Europa. Pero también de la India, Hong Kong, Israel, Osaka y ciudades donde estuve hace tristemente bastantes años. Y, naturalmente, planos de ciudades.

Estos son los que me atraen más, sobre todo si no he estado en ese lugar. Puedo pasarme mucho rato observando cómo se relacionan las calles, las avenidas, la situación de un parque, el núcleo urbano que debe ser más antiguo. Antes de ir a Atenas ya me sabía el camino que debería tomar para ir del hotel al Partenón.

Yo soy, lamentablemente, un ignorante en historia y un apasionado por la geografía, especialmente si el territorio está poblado y organizado por estructuras de creación humana. Urbanita de nacimiento y de vocación, siempre he preferido moverme por Nueva York que por un valle majestuoso.

Alphonse Karr hizo una frase muy brillante pero inadmisible: «Tanto los viajeros como los inconstantes tienen un castigo: todas las ciudades y todas las mujeres se parecen terriblemente». No sé qué ciudades y qué mujeres conoció. Pero lo niego. Así como los ojos de una mujer hablan a la persona a la que ama, los planos hablan a quien ama las ciudades.