Nuevo CoNCA, requisitos

Que el Consell Nacional de la Cultura i de las Arts (CoNCA) no haya cumplido ni de lejos las expectativas iniciales se debe a cuatro factores. 1) Dependencia orgánica de la Conselleria de Cultura, que lo convierte en un falso organismo autónomo. 2) Ausencia de competencias para fijar o alterar el rumbo de las políticas culturales. 3) Ausencia de presupuesto para decidir y aplicar el apoyo público a la creación. Y 4) Designación de los miembros del plenario por consenso entre partidos. La primera ley del CoNCA diseñó un gigante. Aparente por fuera, vacío por dentro. La segunda, convirtió el engaño en realidad: enano por fuera, enano por dentro.

Los tres primera factores de inoperancia se deben a celos primarios de los diferentes 'consellers' de Cultura, que no han querido nunca ni ceder competencias ni ver coartadas o matizadas sus decisiones. Pero tampoco han osado nunca oponerse a su existencia. El nombre y no la cosa. El cuarto factor, que lo convertiría en inoperante aunque los tres primeros se resolvieran, es culpa de los partidos, que prefiere designar a miembros ideológicamente afines, como al Tribunal Constitucional o al Consell de l'Audiovisual de Catalunya, antes que a personas competentes en la materia.

Ahora que el Parlament tiene luz verde para remodelar una vez más el CoNCA, parece que por primera vez sin líneas rojas desde el Departament de Cultura, quizás podremos decir que a la tercera va la vencida. Si no, si no hay que que ser ejemplar, mejor dejarlo. No es en base a simulacros como construiremos un país nuevo.

Así pues: 1) CoNCA adscrito al Parlament. 2) CoNCA prescriptor, con funciones relevantes encargadas por la Comisión de Políticas Culturales. 3) CoNCA decisorio en la creación y en el desarrollo de proyectos. Y 4) designación de los miembros del plenario uno por uno. Mediante concurso público y jurado, como los directores de los museos. A la vista de la experiencia, si no hay 4) no hay CoNCA. Aunque se cumplieran 1), 2) y 3).