LA CORTINA DE HUMO

Con ese instinto asesino

Sánchez sabe que de la culminación de su ataque en Madrid pende buena parte de su suerte

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TONI
Aira

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Ya ha llegado la tercera temporada de la serie 'House of Cards', con Kevin Spacey en el papel del maléfico político Francis Underwood. Solo apuntar que, aparte de Rodrigo Rato, a quien hace más de un año ya le sonó el móvil en su comparecencia en el Parlament con la singular melodía del móvil de Underwood, esta semana he podido comprobar que como mínimo uno de los diputados de CiU en el Congreso lleva también esa melodía del antihéroe de la serie yanqui en su smartphone. Políticos con instinto asesino. Triunfa. Aunque en apariencia sean de lo más entrañables. Lo hemos vivido esta semana en el debate de política general.

A un tradicionalmente tranquilo presidente Mariano Rajoy se le vio claramente el instinto asesino en su agresiva réplica al socialista Pedro Sánchez. Y lo hizo, sobre todo, dándonos una muestra de lo fácil que es echarle en cara al contrario algo que uno mismo hace, eso sí, sin réplica en condiciones al coger al otro desprevenido.

Rajoy, en un momento del intercambio con el líder de la oposición, le afeó que llevara escrita la réplica a su primera respuesta en el debate. Quería así transmitir que su oponente es poco líder y le escriben las cosas. Pero no muy lejos, en la bancada del Gobierno y en la del PP, la réplica estaba servida. Porque, como es habitual, desde su escaño, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a medida que el presidente avanzaba en su intervención, iba pasando una a una las páginas del discurso de Rajoy que ella tenía también impreso (con tramos de las réplicas incluidas). E igualmente desde su escaño, en la primera fila tras la de los ministros, el director de Gabinete de RajoyJorge Moragas, no solo iba siguiendo estos mismos papeles sino que él los tenía con subrayados y con destacados donde previamente su equipo había fijado en qué momentos tocaba aplaudir.

Él, de hecho, arrancaba la mayor parte de los aplausos del sector popular. Así que improvisaciones, las justas. Pero Rajoy, ahí todo aplomo, le echó en cara a Sánchez la supuesta réplica precocinada. Ni Francis Underwood lo habría hecho mejor.

Y es que un punto de instinto asesino, en política, tiene premio. Ahora, después que defenestrar a Tomás Gómez en Madrid y de aplicarse a fondo con Rajoy en el Congreso, las acciones de Pedro Sánchez se han revalorizado, a la espera que la campaña en Madrid le salga bien.

El líder del PSOE sabe que de la culminación del ataque pende buena parte de su suerte, y por eso, entre otras cosas, ha puesto al director de comunicación de la ejecutiva del PSOE, Manuel Delgado, a coordinar el 'argumentario' y la comunicación de la campaña de Ángel Gabilondo y compañía. Con ese espíritu de ir a por todas que tanto engancha a la audiencia.