Peccata minuta

Con el culo al aire

En el fondo, la propuesta del Bailódromo Caña Dulce solo es un test para saber cómo andamos de bolsillo y de cerebro

JOAN OLLÉ

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No, no hablaré del infante Urdangarin (caca) ni del presidente murciano (pedo) ni de los pinochos 'Puigderajoy & Cia' (culo). Lo que realmente me ha puesto estos días es un cartel desde el cual un par de Adonis con chocolatinas de gimnasio sin pelo en pecho, sobre una cenefa de diminutas chicas en bikini, invitan a las «mujeres que no tienen marido» a personarse en el Bailódromo Caña Dulce de La Sagrera «todos los sábados de febrero» sin bragas y a lo loco, labor por la cual serán recompensadas con «entrada gratis+copa+100 euros en efectivo».

De entrada, desapruebo que se discrimine vaticanamente a las damas que hayan tenido a bien pasar por el juzgado o el altar. ¿Deberán dejar en casa su anillo de boda y el libro de familia? ¿Podrán acogerse a tan generosa dádiva todas las Penélopes con su Ulises en viaje de negocios? ¿La invitación incluye a monjas con hábito de cualquier congregación?

Intuyo que el imaginario femenino de los machos alfa (o analfa) del anuncio supone que las candidatas serán ligeras veinte-treintañeras en minifalda a las que -como a Marilyn- un inoportuno chorro de aire escupido por un ventiladero ponga al descubierto el mínimo ángulo entre sus piernas. ¿No contemplan los anfitriones la posibilidad de que, imantadas por el envenenado anzuelo, acudan al Bailódromo pensionistas en boatiné y zapatillas de cuadros o mendigas sin techo con el atuendo habitual de quien duerme en los cajeros? Y un par de preguntas: ¿alguien –y de qué sexo– se encargará de comprobar que las candidatas a copa y pasta fresca vayan según las normas, o dispondrán de rayos X? ¿Tendrán derecho al premio las que debajo de sus faldas o pantalones vistan calzoncillos o dodotis? 

Naturalmente, la repugnante iniciativa de Caña Dulce ha triunfado hasta hacerse viral –repugnante palabra– y ser denostada por colectivos feministas, instituciones y prensa varia. Pero, ¿acaso los periódicos y ayuntamientos no se benefician del comercio de chicas y chicos sin braguitas? En el fondo, la propuesta del Bailódromo solo es un test para saber cómo andamos de bolsillo y de cerebro. ¿La respuesta?: esta misma noche de último sábado de febrero.

CONCENTRACIÓN

Ojalá en la sala solo estén los dos tetudos musculitos bailoteando tristemente para nadie; aunque tampoco estaría nada mal que centenares, millares de mujeres, necesitadas o no, tantas que no cupiese en el local un solo hombre, se concentrasen en La Sagrera, se pimplasen su copa brindando por sí mismas, se hiciesen con los cien euracos, reventasen la caja y dejasen a los responsables de esta majadería con el culo