Con la cabeza en otra parte

Puede que electores independentistas sopesen apoyar a Podemos, habrá que convencerlos de que Iglesias les engaña

MARÇAL SINTES

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Las elecciones generales españolas resultan siemprecomplicadas para los partidos ‘autonómicos’.Uno de los hándicaps a los que se enfrentan es obvio: ninguno de ellos puede ganar, lo que naturalmenteinfluye en el voto ciudadano. Otro elemento nada irrelevante es que el grueso de los medios de comunicación suele concentrarse en los candidatos y fuerzas que pueden alcanzar La Moncloa, lo que les otorga un plus de protagonismo y, por lo tanto, empequeñece aún más a los partidos ‘pequeños’.

Además, esta vez Democràcia i Llibertat (DL), es decir, Convergència y sus socios, y ERC se enfrentan a otro obstáculo, pues deben movilizar a un público, el independentista -los casi dos millones de catalanes que votaron en septiembre por  JxSí o la CUP- que tiene la cabeza en otraparte. Muchos de ellos nosientenunas ganas irresistibles de votar ni saben muy bien qué hacer con su papeleta.Y eso no es culpa de circunstancias externas ni estructurales, sino que tiene causas propias y comprensibles, directamente relacionadas con los últimos acontecimientos políticos en Cataluña. Veamos.

--Al catalán independentista se le ha dicho –y se ha solemnizado en el Parlament con la declaración de la ‘desconexión’- que la independencia se va a hacer realidad sí o sí. Entonces, puede preguntarse, ¿por qué hay que votar?, ¿de verdad es coherente y necesario tener diputados en Madrid? Habrá que convencerlo de que sí, de que no sólo es necesario sino también trascendental.

--Los independentistas siguen pendientes de si la CUP –que no compite en los comicios del domingo– responde sí o no a Mas. Y llevan así desde el 27 de setiembre por la noche. Como para ellos es lo fundamental, continúan –pese al cansancio, la irritación y la frustración acumulados- pendientes del asunto. El 20-D queda difuminado, en segundo plano, en suspenso. Habrá de convencerlos de que lo del domingo también requiere su atención y de que, sobre todo, no se olviden de ir a votar.

--Esas mismas personas tampoco acaban de entender que Convergència y ERC se presenten por separado. Si hubo Junts pel Sí en septiembre, ¿cómo es que no lo hay ahora?, ¿acaso existen menos motivos que entonces?, se preguntan muchos catalanes independentistas que creen que sí hay que estar en las Cortes. Habrá de convencerlos de que, pese a lo que pueda parecer, es mejor competir cada uno por su cuenta y riesgo que como matrimonio.

--Por último, y dado lo anterior, puede que unos cuantos electores independentistas sopesen la idea de apoyar a Podemos (en Cataluña, En Comú Podem). Que piensen que quizá estaría bien dar muchos diputados a Iglesias, pues es el único líder de un partido ‘grande’ que se ha comprometido con un referéndum para Catalunya. Habrá de convencerlos de que Iglesias les engaña o de que Podemos no va a conseguir nada, y de que es mejor apostar por DL o ERC.