tú y yo somos tres

Cómo se calienta el pajarito

FERRAN MONEGAL

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Siguiendo con sus visitas a pueblos de Catalunya, Quim Masferrer (El foraster) esta semana ha elegido TV-3. ¡Ah! Estamos de acuerdo, TV-3 entendida como pueblo es una localidad fabulosa y disfrutable. Aunque TV-3 muchas veces actúa como un pueblo pequeñito, con preocupantes síntomas de rusticidad existencial, sus casi 2.000 habitantes la transforman en la segunda cadena más poblada del telehipódromo estatal, inmediatamente después de TVE. Masferrer se ha pasado dos días circulando por este colosal tinglado audivisual, conversando con los pajaritos más iridiscentes y populares que se dan en este microclima. A juicio de nuestro canario fauta Papitu, el encuentro más interesante ha sido con Toni Cruanyes, el presentador del Telenotícies estrella de esta jaula. Le preguntó Masferrer, vivamente interesado: «¿Tú calientas la voz antes de comenzar tu informativo?». Y Cruanyes contestó: «Yo, habitualmente, hago un par de ejercicios antes de comenzar. Como tengo la voz un poco aguda, más aguda de lo que sería conveniente para explicar los titulares, tengo una técnica que consiste en, primero, adelantar una pierna; luego, proyectar la espalda hacia atrás, y finalmente bajar el mentón, la barbilla hacia abajo», y añadió con un orgullo muy comprensible y natural: «¡Y la voz sale potente, potente!». ¡Ahh! El pie adelante, la espalda atrás, el mentón hacia abajo y... ¡A triunfar! Efectivamente. Cuando el pajarito se calienta antes de cantar, salen unos informativos de armoniosa sonoridad. A veces, incluso hay pájaros, expertos en el arte de la supervivencia, que se someten a largas sesiones de precalentamiento tuteladas por verdaderos profesionales. Gente preparada. Maestros en mil trucos sobre la comunicación dirigida a las masas.

Nos ha sorprendido en casa, no obstante, que en esta gloriosa inmersión de Masferrer en TV-3 no haya hecho lo que suele hacer siempre en sus viajes por la Catalunya agropecuaria: hablar con el alcalde. O sea, que a Eugeni Sallent, jefe máximo de este poblado, no le hemos visto por ninguna parte. ¡Ahh! Es portentosa la habilidad de Sallent en camuflarse. Están pasando cosas tremendas en su municipio, pero él no aparece nunca; y si lo hace es de refilón, disimulando, como si en lugar del alcalde fuera un humilde lampista que solamente se encarga de cambiar las bombillas y los enchufes del municipio en el que manda. ¡Ah! Eso es fruto de otra técnica. Muy depurada.