¿Comisiones?

Llegas tarde. No encuentras un maldito cajero de tu entidad bancaria, pero necesitas efectivo ya. Miras a un lado y a otro de la calle. Te asomas a una esquina. Se te echa el tiempo encima. Empieza a llover. Con un suspiro, aceptas el reto de ese cajero automático. Su logo no es el mismo que luce tu tarjeta. Empiezas la operación. Sacarás la cantidad justa que necesitas en efectivo. Una operación rápida, aséptica. Hasta que llega el último mensaje. La operación está sujeta a una comisión. La cantidad varía según la entidad o el efectivo que solicites. Recuerdas, no tienes tiempo. Llueve. Necesitas ese dinero que, quién lo diría, es tuyo. Así que reprimiendo las ganas de patear el cajero, pulsas 'aceptar'. Aceptas…

Los siete grandes bancos del Ibex 35 han cobrado comisiones por 4.795,1 millones de euros a sus clientes en el primer trimestre del año. Curiosamente, han sumado un beneficio de 4.224,2 millones en el mismo periodo. Así, esas comisiones que nos hacen hervir la sangre y que, encima, nos arañan cuando más daño hacen (por descubierto, por apertura de crédito, por efectivo en los cajeros...) resultan un pilar imprescindible para los beneficios de nuestros banqueros. Frente al cajero, lo peor es caer en la cuenta de que algunas de esas entidades han sido rescatadas del abismo con ayudas públicas multimillonarias. Nosotros pagamos sus deudas y, también, sus beneficios. ¿Las seguimos llamando comisiones?