La columna vertebral

El sector audiovisual lo forma un amplio grupo de empresas y personas dedicadas a la producción de contenidos, a su distribución y hasta su exhibición. Dentro de él, la competitividad es extrema y abundan tanto los excelentes ejercicios profesionales, como los egos, las vanidades y las disputas por el liderazgo y la rentabilidad. Un sector que además influye más que otros en la opinión pública y que por tanto está expuesto a las injerencias políticas y al público en su conjunto como ningún otro. Además, es un sector que camina en paralelo a la innovación técnica, a la que acompaña tanto como la incentiva.

La televisión generalista en abierto es la piedra angular de todo el amplio ecosistema del sector

En conclusión, una industria tan compleja, como apasionante, tan atractiva como esencial, tan de todos como de nadie en particular, y que no se puede resumir en pocas palabras, ni dogmas establecidos, porque cambia constantemente al igual que lo hacen las sociedades a las que se dirige. Pero si que en él habitan algunas certezas y una de ellas consiste en la evidente constatación de que la televisión generalista en abierto es la piedra angular de todo el amplio ecosistema del sector.

Porque la televisión gratuita es el motor principal de las compañías productoras; es la que más las contrata, lo que supone a su vez dar trabajo a directores, actores, productores, cámaras, guionistas... Pero también la TV en abierto es la que más cine produce, la que lo financia en gran medida y lo promociona garantizando su distribución.

Igualmente, son los contenidos desarrollados por las televisiones los que más actividad generan en redes sociales y en el mundo digital; y no digamos de su importancia cara a las empresas publicitarias, que tienen en las cadenas en abierto su principal soporte para poner en contacto a sus clientes con el público. Sí, la TV gratuita, esa que algunos consideran parte del pasado, ha sido y es la base esencial de uno de los sectores industriales más importantes de la sociedad actual.

El partido lo ganará quien más y mejor contenidos ofrezca, y hoy por hoy, la TV en abierto no ha perdido liderazgo

Con la llegada de los nuevos modos de distribución digital de contenidos hay quienes, atraídos por lo nuevo, dan por enterrada a la televisión clásica. Pero el partido lo ganará quien más y mejores contenidos ofrezca y, hoy por hoy, no parece que la tele en abierto haya perdido su liderazgo en tal tarea.

Pero al mismo tiempo que se les diagnostica un futuro incierto, a las cadenas generalistas se les sigue pidiendo que sean los soportes de todo: producción, periodismo, deporte, cine, publicidad, promoción...

Y lo que hay que recordar es que sin TV en abierto nos habríamos quedado sin información de lo acontecido en Catalunya; sin fútbol gratuito; sin las 10 películas más vistas del cine español; sin información local; sin entretenimiento al alcance de quien no puede pagarlo; sin trabajo miles de profesionales y sin soporte a cientos de anunciantes.

Sí, es cierto, el futuro no será igual, hay nuevos jugadores en el terreno, la capacidad de mantener todo el edificio en pie ya no descansará únicamente en la tele en abierto, e igual es momento de exigirle menos obligaciones en este sentido, pero cuidemos a la columna vertebral que más actividad sostiene. O habrá problemas para todos.