La coherencia de Trump

La coherencia con lo prometido en campaña electoral suele ser un bien escaso en la política. Pero en este tema Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, también parece ser una rara avis. Si los nombramientos son las primeras pistas de cómo será la Administración de un presidente estadounidense, los elegidos por Trump van en la línea de lo que dijo en campaña electoral: un expeditivo general para Defensa (James Mattis, alias 'Perro Loco'), un negacionista del cambio climático como responsable de la política ambiental (Scott Pruitt, defensor de cerrar la agencia que dirigirá); un defensor de la desregulación laboral como responsable de Trabajo (Andy Puzder), y un exempleado de Goldman Sachs como secretario del Tesoro (Steve Mnuchin).

Estos perfiles -y decisiones como la de conversar por teléfono con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, un gesto que no gustó nada a China- esbozan la imagen de un presidente dispuesto a darle una sacudida a ideas preconcebidas de la política estadounidense, tanto a nivel interno como externo, que es exactamente lo que prometió Trump en campaña. El problema es que negar la misma existencia del cambio climático o desproteger todavía más a los trabajadores en el mercado laboral tal vez satisfaga a un sector ideológico concreto, pero no redunda en el bien común de los estadounidenses. No todas las promesas de cambio son buenas, y Estados Unidos puede cambiar a peor en muchos sentidos.