Pequeño observatorio
El caciquismo es una tara del poder
Hacer favores es muy bonito, pero también hay favores que son venenosos
Josep Maria Espinàs
Periodista y escritor
JOSEP MARIA ESPINÀS
Mis conocimientos sobre economía son lamentablemente pobres. Por no decir inexistentes. La prensa explica que el Tribunal de Justicia de la UE ha sentenciado que las cláusulas de suelo españolas son abusivas. Lo siento, pero alguien debería explicarme qué son y por qué son criticadas. Sí que me parece más claro lo que explica Olga Grau en este diario: los juzgados han declarado que estas cláusulas son un abuso. Explica que el Banco Central Europeo, por suerte, sentenció que los amiguismos y lobis no funcionan como en los círculos de poder madrileño.
Todo este revuelo me hace pensar en una situación que viví hace ya muchos años. Acompañaba a mi amigo August Ferrer, profesional de relaciones públicas, que tenía que hacer unas gestiones en Madrid. Sintetizo la reacción de un importante funcionario. La resumiré: «Podríamos hablar con Pepe, que tiene muy buena relación con Paco, que está casado con...». Yo no entendí nada... o quizá lo entendí todo del caciquismo del poder.
UNA PALABRA EN DESUSO
El cacique era, y es, un señor de vasallos. En otros tiempos, la expresión era más popular que ahora, pero el caciquismo se mantiene en nuestro tiempo, aunque la palabra haya caído en desuso. En la sociedad actual sigue habiendo caciques de hecho, aunque la palabra haya sido borrada. Muchos nombramientos políticos se deciden por caciquismo.
Y así se toman decisiones que solo tienen una justificación: el nombramiento de un cargo que solo se justifica por intereses particulares. La oferta de una oportunidad a cambio de que el beneficiado garantice que se pondrá a servir a los intereses de quien le ha proporcionado un cargo. El caciquismo como instrumento de corrupción.
Me parece que ya no está de moda la expresión esto que ha hecho es una cacicada. Menos escandalosamente se puede decir de alguien que «le han hecho un favor». Quizá a cambio de un favor recibido. Hacer favores es muy bonito. Pero hay favores venenosos.
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