Ciutadans/Ciudadanos, la excepción catalana

El partido de Albert Rivera nació como una excepción en Cataluña y ahora se ha convertido en una excepción en España

JOSÉ ANTONIO SOROLLA

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Ciutadans/Ciudadanos (C's) puede considerarse una experiencia excepcional, en el sentido de que constituye una excepción. O dos. El partido encabezado por Albert Rivera era ya en Cataluña una excepción, al ser la única fuerza política estrictamente catalana que nació para combatir sin complejos el nacionalismo. El PP también lo hacía, pero en Cataluña siempre ha sido un partido dependiente de Madrid, que ha cambiado con frecuencia los líderes según las conveniencias de la política general española. Ahora, al conseguir nueve escaños en Andalucía, C's cumple con la otra excepción, porque es la primera vez que un partido nacido en Cataluña consigue implantarse en otra región o nacionalidad española.

El primer intento fallido se produjo hace casi tres décadas, con la llamada Operación Roca y el Partido Reformista Democrático (PRD), presidido por Antonio Garrigues Walker y cuyo secretario general era un tal Florentino Pérez. El entonces número dos de CiU, Miquel Roca Junyent, encabezó el experimento en alianza con el PRD, pero la tentativa de que una operación dirigida desde Cataluña pudiera gobernar en España, o al menos ser decisiva en la gobernabilidad, se saldó con un rotundo fracaso.

Pese a los cientos de millones (entonces de pesetas) volcados en la operación, la alianza solo le sirvió a Roca para crecer en Cataluña en las elecciones generales de 1986 y pasar de 772.726 votos en 1982 a 1.014.258 y aumentar el número de diputados de CiU en el Congreso de 12 a 18. El resto, la nada. El PRD sacó 194.538 votos en el resto de España (un 0,96%) y cero diputados.

Diferencias con Roca

Ahora, 29 años después, C's ha sorprendido en las elecciones andaluzas con la obtención de nueve escaños gracias a los 368.988 votos recogidos (9,28%), con un partido y un líder, Juan Marín, prácticamente desconocidos hace solo dos meses y en una comunidad autónoma que no era en principio muy propicia a las expectativas de una fuerza política surgida en Cataluña.

El abismo entre el fracaso de Miquel Roca y sus aliados y el éxito de Albert Rivera es mayor si se repara en que, salvadas las distancias, las circunstancias eran semejantes en algunos aspectos. Ahora, C's competía con un bipartidismo en retirada, pero en 1986 el espacio del centroderecha también se encontraba en crisis y en espera de nuevos inquilinos tras el hundimiento de la UCD cuatro años antes. Ese voto, sin embargo, no fue a parar al PRD, sino a la Coalición Popular de Manuel Fraga, que se quedó, no obstante, a 80 escaños del PSOE.

La diferencia fundamental, sin embargo, consiste en que el PRD era impulsado por un partido nacionalista catalán (CiU), mientras que Ciutadans es todo lo contrario. Es el partido estrictamente catalán más español. De ahí que no hayan funcionado en absoluto los intentos por parte del PP de resucitar la catalanofobia recurriendo al ardid de mencionar siempre a C's por su nombre en catalán o de descalificarlo, como hizo el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, por el origen del partido o por el nombre, Albert, de su líder. Con contestar, como hizo Rivera, que "Cataluña es España", el problema estaba resuelto.

Español sin complejos

Rivera, en efecto, nunca ha tenido complejo alguno para declararse catalán y español. Su partido se creó en julio de 2006 a partir de la asociación Ciutadans de Cataluña, que se dio a conocer un año antes, impulsada por intelectuales antinacionalistas tan conocidos como Albert Boadella, Félix de Azúa, Francesc de Carreras, Arcadi Espada, Félix Ovejero, Teresa Giménez Barbat (hoy en UPyD) o el ya fallecido Carlos Trias Sagnier.

La asociación firmó dos manifiestos que fueron como la plataforma de lanzamiento de C's, aunque luego el grupo de impulsores no se comprometió en la dirección del nuevo partido o incluso algunos se fueron alejando de la formación, que pasó a ser dirigida por Albert Rivera (presidente) y Antonio Robles (secretario general), elegidos en una lista por orden alfabético del nombre de pila.

Rivera, nacido en Barcelona en diciembre de 1979, tenía entonces 26 años. Cuatro años antes --y hasta abril de 2006-- se había afiliado a las Nuevas Generaciones del PP, aunque él afirma que nunca recogió el carnet ni pagó ninguna cuota y asegura que solo había militado en la UGT.

Joven, atleta, buen orador --ganó con 21 años un campeonato español de debates universitarios--, licenciado en Derecho en ESADE y con trabajo en la asesoría jurídica de la Caixa, hijo de los propietarios de una tienda de electrodomésticos de la Barceloneta --padre catalán y madre de Málaga--, poco antes de cumplir 27 años se lanzó a la política con una campaña en la que apareció desnudo en el cartel electoral y que, al parecer, financió el empresario de Festina Miguel Rodríguez, antiguo emigrante en Suiza y militante de CC OO.

De Cataluña a toda España

Ante la sorpresa general, C's sacó tres diputados en las autonómicas catalanas de 2006, que revalidó en 2010, incluso después de que el partido sufriera una crisis en mayo de 2009 cuando sus compañeros de escaño Antonio Robles y José Domingo se rebelaron contra Rivera, pero al final la escaramuza se volvió contra sus autores y el joven líder acabó imponiéndose.

Dos años después, cuando Artur Mas anticipó las elecciones en plena fiebre soberanista, C's triplicó sus escaños (de tres a nueve) y empezó a preparar su aventura española, que debutó con éxito en las elecciones europeas de 2014, en las que logró 495.114 votos y dos eurodiputados. Pese a la ruptura de las negociaciones con UPyD en noviembre del año pasado por un conflicto de egos con Rosa Díez, C's ha seguido creciendo, como se ha visto en Andalucía y muestran las encuestas para las elecciones generales.

En Cataluña, el último sondeo de El Periódico (marzo de 2015) sitúa a Ciutadans como tercera fuerza del Parlament con 23/24 escaños, tras CiU (31/32) y ERC (27/28), confirmando así que el partido de Rivera recoge los frutos de la polarización a que ha sido abocada la sociedad catalana.

"Podemos de la derecha"

El partido que ha sido calificado como el "Podemos de la derecha" tiene ahora, según Rivera, 19.400 afiliados, 7.400 más que hace dos meses y 17.400 más que hace un año, y 100.000 simpatizantes. Autodefinido como demócrata-liberal, "una combinación de economía de mercado y de sociedad del bienestar", su sesgo de derechas se observa sobre todo en temas sociales: partidario de limitar la sanidad a los inmigrantes irregulares y de prohibir el burka, contrario o muy ambiguo ante la ley de plazos del aborto y ante el matrimonio gay.

Con un programa reformista que incluye la revisión de la Constitución, C's promueve la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. Su único lunar en este terreno es el caso del ex número dos en el Parlament Jordi Cañas, que abandonó el escaño en abril de 2014 tras ser imputado por la justicia por fraude fiscal en su actividad privada. Dejó el Parlamento catalán, pero poco después fue contratado como asesor del partido en el Parlamento Europeo. Una jugada de supervivencia, pero muy poco regeneradora.

Este artículo ha sido publicado en 'Zoomnews