Los SÁBADOS, CIENCIA

Ciencia, cultura y lo mejor de cada casa

El investigador ya no es un personaje aislado en un laboratorio, sino que trabaja abierto al mundo

Ciencia, cultura y lo mejor de cada casa_MEDIA_1

Ciencia, cultura y lo mejor de cada casa_MEDIA_1

MANEL Esteller

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La ciencia también es cultura. Es una práctica habitual creer que la literatura, el arte o la música forman parte de la cultura de un país y olvidarse de que la ciencia es clave para considerar culto a un pueblo. En el pasado no era así. TantoAristótelescómoLeonardo da Vincilo entendieron. Hoy pocos lo ven así. Les gusta vivir en sus trincheras respectivas. Se sienten seguros. Paseaba hace un tiempo con otro investigador biomédico por la Universidad Menéndez Pelayo de Santander y nos encontramos con dos representantes de las llamadas bellas artes. Mientras nosotros conocíamos a varios miembros y obras de su campo, ellas no conocían el nombre de ningún científico. Esto no puede ser. En este sentido, siempre es de agradecer el trabajo del Institut d'Estudis Catalans de poner bajo un mismo techo a biólogos, filólogos y filósofos. O el de los premios Ciutat de Barcelona, que honran los mejores trabajos en literatura, ensayo, investigación científica y tecnológica.

Parte de esa separación ficticia entre lo que es cultura y lo que no lo es se debe a la superespecialización del conocimiento y al propio método científico. Como hubiera dichoDescartes,a los investigadores nos gusta comprobar experimentalmente nuestras hipótesis. Y que nuestros resultados sean evaluados objetivamente por los demás, lo que a otras disciplinas de la cultura quizá les resulta más difícil de conseguir.

Esta última frase me recuerda que deberían aclararse unas cuantas cosas sobre la imagen que del científico y del proceso de la investigación tiene la sociedad. El investigador ya no acostumbra a ser un personaje aislado en su laboratorio, en olor de santidad, que experimenta en sí mismo y cuyo descubrimiento llega inmediatamente a ser conocido por todo el mundo y se puede aplicar enseguida en beneficio de la sociedad. El escenario es mucho más complejo. La inmensa mayoría de científicos prestigiosos trabajan abiertos al mundo con colaboradores de otros países y cuentan en su grupo con miembros de varias nacionalidades. Muchas veces los problemas biológicos, médicos, físicos o químicos son complejos, y cuanta más gente diferente, con educación y experiencias distintas, los aborden, mejor. Lo mejor de cada casa. Una forma de importar talento y excelencia científica en Catalunya ha sido la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA) de la Generalitat, una agencia que con contratos no funcionariales y competitivos ha conseguido traer aquí a investigadores de todo el mundo, incluyendo los países dominadores de la investigación como Estados Unidos, Inglaterra y Alemania. El ICREA fue ideado muy acertadamente por el doctorAndreu Mas-Colell,economista brillante y hoyconsellerde Economia i Coneixement. Una iniciativa apoyada por gobiernos de diferente color político, lo que indica su valor intrínseco. Más apuestas valientes como esta permitirían en el futuro cambiar el modelo de generación de riqueza del país.

Otro concepto a recordar es que el científico malgasta buena parte de su tiempo buscando fondos para realizar su investigación en lugar de desarrollar los experimentos. Estamos tan lejos de lo que sería deseable invertir en investigación que ni entraré a discutirlo. Además de que muchos sistemas financiadores e institutos de investigación son extremadamente rígidos, poco transparentes y anticuados. Baste recordar que a un compañero no le aprobaron una solicitud de proyecto porque estaba escrita con una fuente de letra de ordenador distinta de «la esperada». No obstante, siempre hay señales para la esperanza. Dos ejemplos: el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de Madrid (CNIO), dirigidos respectivamente por el doctorMiguel Beatoy el doctorMariano Barbacid,en los que se ha evitado el sistema de funcionariado, premiando la excelencia y evitando elcafé para todos. No son perfectos, pero es de lo mejor que existe en nuestra área.

Y después, claro, debo mencionar un punto débil de nuestro entorno: comparada con los países líderes, la inversión privada y de particulares en investigación aquí es mínima. No podemos esperar que los organismos públicos cubran todas las necesidades de investigación, debemos buscar y esperar que fundaciones asociadas a grandes empresas y sociedades financieras acompañen este proceso y los benefactores individuales vean premiados y reconocidos sus esfuerzos. Debemos devolverles beneficios fiscales y reconocimiento social. De bien nacido es ser agradecido. En este sentido, debo mencionar la tarea de la Fundació Cellex, que desinteresadamente está siendo un factor clave en el estímulo de la investigación de vanguardia en Catalunya apoyando al Centro de Medicina Regenerativa, la investigación oncológica del Hospital del Vall d'Hebron, el Institut de Ciències Fotòniques y muchas otras. Un oasis del mecenazgo. Pero, si queremos ser líderes en investigación, necesitaremos mucho más, y de esto ya hablaré otro día. Médico. Institut d'Investigació

Biomèdica de Bellvitge.