tú y yo somos tres

Chicote ahumado

Ferran Monegal

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Este es el Chicote que nos gusta. Olvidemos aquella birria de ejercicio de hace unos días, El precio de los alimentos, tan lleno de trampitas, tan inútil. Celebremos que regrese con lo suyo: sus desternillantes y tremendas peripecias de Pesadilla en la cocina (La Sexta). La primera entrega consistió en visitar el restaurante La Estación, en la zona de Murcia. Su propietario, un exparacaidista del Ejército («Me expulsaron porque me peleé con un capitán. Llegamos a las manos») no tenía ni idea de lo que es gastronomía. Y su cocinera, Mary, era todavía más guerrera que ese capitán con el que se peleó cuando era soldadito. Y naturalmente, es en esos zafarranchos cuando Chicote brilla. Moscas, suciedad, caos, desbarajuste, histeria, gritos... Y por primera vez hemos visto a nuestro famosísimo chef a punto de perecer rustido, porque hubo un conato de incendio en la cocina. Por fortuna, salió ileso, pero ahumado de lo lindo. Arreglado este galimatías de Murcia, nos colocaron otra aventura: salvar un restaurante marroquí de San Sebastián de los Reyes. Ahí no hubo batallas ni voladura de vajillas. O sea, el tono muscular decayó mucho. Pero tuvimos una alegría: vimos a Pilar Rubio incrustada entre la clientela del local. ¡Ah! Cuando Atresmedia la saca y la publicita es señal de que ya la han fichado para algún programita.

EL VENTILADOR DE DE LA ROSA .- Muchos programas de ayer (Espejo público, Al rojo vivo, Las mañanas de Cuatro...) tuvieron una gran excitación con la filtración del sumario sobre corrupciones que instruye el juez Ruz y que ha desvelado el diario on line Público. Las revelaciones de Javier de la Rosa al pequeño Nicolás -creyendo De la Rosa que estaba hablando con un verdadero agente del CNI y de la vicepresidencia del Gobierno- causaron gran impresión en las matinées televisivas. En particular, sus afirmaciones sobre maletines llenos de dinero que él entregaba al entonces presidente Pujol, a Rato, a Aznar y a Felipe González a través de Sarasola. También añadió en su relato el nombre de Felip Massot como testaferro de «una fortuna de Artur Mas» oculta en el extranjero. Hombre, cabe sosegar a los televisivos. Aquí lo urgente es descubrir si con esta nueva puesta en marcha del ventilador, De la Rosa esparce una mierda bien documentada, o si solo lanza peste. Espero que las áreas de periodismo de investigación de las teles, en particular la de TV-3 -si es que todavía existe-, nos iluminen.