tú y yo somos tres

Chicho y el 'telencéfalo' de 1965

ferran Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A la llegada de <b>Chicho Ibáñez Serrador</b> a TVE, en 1963, los expertos la califican como una inyección de vitaminas. Es acertado el símil. En aquella incipiente TVE, los profesionales que la hacían venían casi todos de la radio. Chicho les enseñó a hacer TV. Han pasado 54 años, y La 2 acaba de dedicarle a Chicho un '<i>Imprescindibles'</i>. ¡Ah! Es un homenaje merecido. En forma de documental, han repasado toda su más que notable trayectoria como constructor de programas de éxito, de entre los que siempre sobresale y se cita el 'Un, dos, tres...' Aquello fue extraordinario, en efecto. Acababa de iniciarse la década de los 70 y Chicho enseñó cómo transformar un concurso en un gran espectáculo, en un gran 'show' televisivo capaz de llenar todo el largo 'prime time' de la cadena. Hasta la llegada de Chicho, eso aquí se desconocía. Desde mi punto de vista, no obstante, su gran programa, rompedor, milagroso en aquellos tiempos de la censura franquista, fue 'Mañana puede ser verdad'. Fueron 13 episodios que se emitieron a mediados de los años 60. El último que cerró la serie se titulaba '<i>N.N.23'</i>. Nos dibujaba una sociedad en la que la gente estaba permanentemente conectada a un artilugio que les ordenaba la vida y que Chicho llamó 'Telencéfalo'. Reprodujo en el plató el interior de un vagón de metro, o de un autobús, y todos los viajeros iban con el 'Telencéfalo' puesto, un artilugio similar a los auriculares de los 'iPhone' de hoy. Viajaban sin decir ni pío. Eran seres aislados, aunque formasen parte de un grupo. Y en un momento dado, un accidente del sistema provocó que todos se desconectasen. ¡Ahh! El cabreo del gran jefe de esta sociedad fue mayúsculo. Exclamaba, a gritos: «¡Se han desconectado! ¡Se han puesto a hablar entre ellos! Y lo que es peor, ¡se han puesto a pensar! ¡Así es como nacen las revoluciones!». Esto lo emitió TVE el 23 de abril de 1965. Aquellos días en el NO-DO nos contaban que el cardenal Herrera Oria había sido recibido por 'el Caudillo', y que ambos tenían una fraternal relación, quizá porque Herrera Oria ya había definido a Franco, tiempo atrás, como «Ministro de Dios y espada del Altísimo». O sea, que visto el clima que había en aquella España de 1965, que Chicho pudiera hacer en TVE la metáfora del 'Telencéfalo', fue un milagro, es indiscutible.

En 1974 a Chicho le nombraron Director de Programas de TVE. Dimitió a los tres meses. En este 'Imprescindibles', como ya suponíamos,se pasa sobre ese asunto de puntillas.

TEMAS