Dos miradas

Cenizas

Pasolini nos increpa desde su radicalidad poética

Plano de detalle de los ojos del director de cine, poeta, novelista, dramaturgo y pintor, Pier Paolo Pasolini, fallecido hace ahora 40 años.

Plano de detalle de los ojos del director de cine, poeta, novelista, dramaturgo y pintor, Pier Paolo Pasolini, fallecido hace ahora 40 años.

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Tenemos a menudo la tentación de pensar qué habría dicho aquella persona que amamos o reverenciamos o nos sirve de faro, qué habría dicho, si todavía estuviera viva, frente a las cosas del mundo que nos angustian. Es un ejercicio inútil. Excepto en un caso. Pier Paolo Pasolini ya lo dejó escrito. Lo dijo todo -como si fuera un oráculo- y habló del presente porque sabía descubrir las constantes que se iban a repetir (y agravar) en el futuro.

Pasolini nos increpa, desde su radicalidad poética. «He vivido en una lírica, como todo obseso», dice en uno de sus poemas largos, un bellísimo, valiente, muy cruel paseo por su vida, los orígenes, la familia, la lengua, la llegada a Roma, la atracción por el ambiente marginal, donde «hay que resistir en el escándalo y en la rabia». Pere Gimferrer dice de 'Poeta de las Cenizas' que es uno de los «más impresionantes» de Pasolini, con un «arte cadencioso, de ritmo oral».

Àlex Rigola leyó este texto -«una brutal confesión póstuma encontrada en un cajón»- y ha montado, para 30 espectadores, en una función de cámara, un monólogo incrustado en una caja de madera, como si fuera para embalar una delicada pieza de porcelana, frágil pero trascendente, un contenedor donde se esconde la personalidad del poeta, aquel que dijo que «no solo hay que comprometerse con el escribir, sino con el vivir». Lo estrenan este viernes en Temporada Alta. Si se acercan a Pasolini saldrán infectados. Es un aviso.