Perlas del papel

La caza del rico en un mundo mágico

La derecha mediática aplaude que Rajoy no reforme el injusto fisco español

La caza del rico en un mundo mágico_MEDIA_1

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XAVIER CAMPRECIÓS

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El pánico a la recesión mandaba ayer en el quiosco, y a su vera se colaban las enfrentadas propuestas fiscales deRubalcabayRajoyy las primeras tomas de posición.

La derecha mediática lloraba por los ricos.Rajoy rechaza los impuestos al patrimonio y a la banca que pide Rubalcaba,titulabaEl Mundo, cuyo editorial concluía:«La recuperación de la economía no pasa por subir impuestos». Carmen Tomás (La Gaceta)repicaba:«Un impuesto sobre el patrimonio, aunque reformado, y una tasa a la banca no son más que humo (...). Con estas medidas no vamos a ningún lado».YHermann Tertsch(Abc) alegaba:«Y en España esta caza del rico como solución a todos los problemas es ya grito entusiasta. En el reino de la envidia nada es más popular que hacerle la puñeta a un rico. No cambiará la vida de los pobres, pero causará general satisfacción».

La izquierda mediática discrepaba. DesdeManuel Rico(Público,ahí tiene su portada):«Rajoy sigue instalado en un mundo mágico: hay pocos ingresos y él encima propone bajar impuestos, pero todo irá bien porque el PP generará mucha confianza».HastaIgnacio Zubiri(El País):«La clave para que los ricos paguen los impuestos que les corresponden(...) y contribuyan su parte justa a la financiación del Estado es que tributen por toda su renta. Para que esto ocurra es necesaria una reforma fiscal amplia, que cierre vías de evasión y elusión evitando, entre otras cosas, que los ricos utilicen sus empresas para eludir o evadir el IRPF. Para esto es necesaria una voluntad política real(...)para que deje de ser rentable defraudar».Qué menos cabe pedir en un país en el que un mileurista paga más que un millonario, en el que los cambios fiscales de los últimos 20 años han propiciado, como escribíaJoan Majó(Ara, domingo), que quien gana 120.000 euros/año trabajando pague 45.000 al fisco, mientras quien los gana en rentas y jugando en la bolsa pague la mitad y quien los recibe en herencia o dación no pague nada.