¡Que nos salve Europa!

No he votado en el proceso participativo de este 9-N. No me he sentido atraído por un proceso en el que no se han escuchado y debatido los planteamientos que defienden las diferentes alternativas sobre el encaje de Catalunya, España y Europa. Tampoco comparto el cierre en banda del Gobierno del PP a negociar cómo y de qué manera consultarlo a la ciudadanía catalana.

En cambio, después de visitar el instituto donde me tocaba votar, a media tarde, cuando ya habían desaparecido las colas de la mañana, un par de señoras mayores me han convencido para que firme un Manifiesto que pide Europa que se implique en este debate. Me lo he leído deprisa y quizás no lo suscribiría del todo si me lo repasara con espíritu crítico. Pero creo que Europa no puede desentenderse de esta cuestión. Ni de esta, ni de la escocesa, ni de las que estén por venir.

Tras el 9-N vendrá el resto de noviembre y diciembre y entraremos en el 2015. Nada indica que el PP prescinda de los réditos electorales que obtiene de negarse en redondo a debatir con las autoridades catalanas un futuro negociado y consensuado. Los sondeos electorales no animan al partido de Mariano Rajoy a renunciar a los votos que perdería si mostrara ahora la voluntad de negociación que no ha tenido nunca.

Y a los independentistas ya les conviene este cierre mental porque arrastra hacia su posición a ciudadanos que optarían por una solución pactada. ¿Digamos federal?

Por lo tanto, y visto que con las votaciones del 9-N no nos moveremos de donde estamos, reclamar a Europa que se defina no me parece una idea alocada. Cierto es que Europa funciona a un ritmo lento y algunos dirigentes políticos, como Oriol Junqueras, están ansiosos por proclamar una Declaración Unilateral de Independencia.

¿Qué es Europa? ¿Qué Europa debería mojarse en este debate? Europa es el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo (que reúne a los dirigentes de los estados miembros de la Unión Europea) y la Comisión Europea (el ejecutivo que dirige Jean-Claude Juncker, si no lo echan después del Luxleaks que le ha estallado nada más llegar al cargo).

No será un camino fácil, sencillo y rápido. ¡Y quién sabe si antes no se recorra del todo, Rajoy y el PP dejan de gobernar España y los sustituyen otros gobernantes y partidos más abiertos al diálogo constructivo con Catalunya!

Pero en teoría todavía queda un añito para que se celebren elecciones generales en España. ¡Unas llamaditas a Bruselas ya se podrían ir haciendo!