Castellers

Los datos del registro del paro español del mes de febrero son buenos. Con sus derivados, que van desde el aumento de contribuyentes a la Seguridad Social hasta los propagandistas del PP que afirman -tienen derecho- que con ellos ya estaba la crisis y aspiran a que se disuelva antes de que ellos mismos enfilen también la puerta de salida. Lo mejor de los datos de ayer es que por primera vez, y más en un mes de febrero de la etapa aún crítica, el sector que más empleo crea sea el de la construcción. Dicen, incluso, que es el mejor registro estadístico en este mes desde tiempo inmemorial. Dicho así, parece una de esas crónicas castelleres que acostumbran, cada domingo, a registrar construcciones humanas de las que no se recuerda que llegaran tan alto.

Quienes mejor han entendido este dato son los analistas financieros, no los de empleo. Llevan semanas advirtiendo de la entrada en España de cantidades ingentes de dinero especulativo que al principio recala en sociedades inmobiliarias, luego en constructoras y al final dejan en el paisaje grúas inactivas. ¿Burbuja a la vista? No. ¿Mini-burbuja? Quizá sí si no se actúa desde ahora -¡y en año electoral!- para embridar la tendencia ancestral del dinero fácil hacia los sectores de siempre.