tú y yo somos tres

Cariño, abre la boca y saca la lengua

FERRAN MONEGAL

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El canal DKiss nos propone pasar el verano entretenidos viendo 'Amor al primer beso'. Es un programa que distribuye la factoría Warner Bros para consumo y relleno de canales que navegan por las galaxias más modestas del telehipódromo. Los contenidos pretenden ser impactantes y gamberros, pero no pasan de ser una gaseosa con poco presupuesto. O sea, las burbujas les salen un poco cutres y grotescas.

En enero de este año este canal ya nos colocó 'Desnúdame' -aquí se lo conté- en donde la originalidad consistía en que dos desconocidos, sin haberse visto nunca, quedaban para ligar en la cama, directamente. Una cámara en una habitación. Primero entraba una chica. Se quedaba en bragas y sujetador. Se acostaba. Y enseguida aparecía un pollastre. Se quitaba los pantalones. Y se metía en la cama en calzoncillos al lado de ella. No había sexo. En eso el puritanismo anglonorteamericano es muy estricto, y las torquemadas vigilantes hubieran derivado el programa hacia los circuitos marginales restringidos al porno. O sea, se trataba de un primer encuentro, o meeting point, en paños menores. Pero sin acoplamiento.

Ahora la cosa consiste en que dos se besen antes de conocerse. Llega una, llega otro, se ponen frente a frente, y antes de decirse ni hola ni bestia se enroscan. Hombre, bien mirado, el beso entre extraños tiene más mérito que el famoso beso en la boca de los amigos Iglesias y Domènech en el Congreso. La realización sigue siendo casi de vídeo casero, pero al menos han tenido buen ojo a la hora de contratar a los estrafalarios que se prestan.

El caso más surrealista fue el de Josh, un muchacho de 27 años que decía: «En mi vida solo he besado a mi madre y a mi abuela». O sea, un pardillo que quería a ser halcón por la vía del morreo. Se echó espray bucal mentolizado, se metió hilo dental para quedar la mar de higiénico, pero a la hora del beso fue un desastre. En lugar de abrir la boca, cerraba los dientes. Acabaron poniéndole una profesora. Le decía: «No esperes a que ella te meta la lengua, ¡abre la boca y métela tú cuanto quieras! Pero no estés mucho rato dentro. Mete, saca, mete, saca. Y recuerda: ¡siempre la tienes que dejar con ganas de más!».

¡Ah! Todas estas producciones televisivas de tercera regional, y que se compran a peso, pueden provocar carcajadas muy esporádicamente. Pero desde luego en ellas no existe ni un gramo de arte ni de poética. No tienen ni idea de aquellos 'Baisers volés' quecantaba Charles Trenet.