Peccata minuta

Campanadas a medianoche

Cristina Pedroche ha acabado compartiendo honores de primera plana con John Berger y los muertos de Estambul

TELE CAMPANADAS PEDREOCHE

TELE CAMPANADAS PEDREOCHE / periodico

JOAN OLLÉ

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Cristina Pedroche Navas (Madrid, 30 de octubre de 1988), licenciada en dirección de empresas y reportera de radio y televisión, dio en marzo del 2013 la gran campanada al convertirse de la medianoche a la mañana en la primera mujer española en llegar al millón de seguidores en Twitter. Pero su auténtico salto a la inmortalidad se produce en diciembre del 14, cuando presenta las campanadas de Nochevieja embutida en un vestido negro y transparente que causó fuerte impresión. Y, visto que la fórmula funcionaba, fue también ella la transparente campanera de la Puerta del Sol de los últimos dos años que se han ido. Pedroche se ha convertido, por derecho propio y junto a los niños de San Ildefonso, la zambomba, el caganer, los peces en el río y el carbón de los Reyes, en una figura imprescindible de nuestro ciclo navideño, o pesebre, si prefieren.

El resfriado de Isabel II

Cristina es una excelente profesional y una mujer extremadamente bella, pero me inquieta haberla tenido que contemplar reiteradamente en todos los periódicos, hasta, finalmente, acabar compartiendo honores de primera plana con John Berger y los demasiados muertos y heridos de la discoteca Reina de Estambul.

Hablando de reinas, también me he preguntado estos días por la alta preocupación de todos los diarios hacia una anciana que, debido a un inoportuno resfriado, no pudo asistir a la misa de Año Nuevo. Imagino que, por desgracia y debido al virus que nos azota, en nuestro continente y sus islas fueron muchas las señoras de edad que tuvieron que quedarse en casa o palacio, guardando cama aquel día. Las imágenes de Isabel II aparecidas en la prensa escrita y fotografiada son, si cabe, mucho más frikis que las de Cristina, ya que en algunas de ellas, amén de tremendos sombreros a juego con el modelito, luce incluso armiño y corona de cotillón.

Y aún una tercera y mareante insistencia periodística en estas fechas: los listados de los diez mejores vinos blancos, rubios y negros; los diez mejores lugares donde comer patatas bravas, tortilla de bacalao o huevos duros; los diez pueblecitos más encantadores de España; los diez mejores hoteles con o sin spa donde pasar la última noche del año con tu pareja viendo por la tele cómo se traga las uvas la pobre Pedroche, muerta de frío... Y, al día siguiente, a los acordes de uno de los diez grandes cavas o champagnes recomendados, seguir la retransmisión en directo de la santa misa, sin reina ni duque, desde la iglesia María Magdalena, cerca de su residencia de Sandringham, en Norfolk; o el concierto de Das Neujahrskonzert der Wiener Philharmoniker desde la dorada Musikverein, donde la peor burguesía europea se aplaude a sí misma, encantada de conocerse.