Al contrataque

Campaña de distracción

Soraya Sáenz de Santamaría subió en globo para 'Planeta Calleja'.

Soraya Sáenz de Santamaría subió en globo para 'Planeta Calleja'.

JORDI ÉVOLE

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El viernes arrancó la campaña. La oficial, claro. La extraoficial empezó antes, con políticos cantando, bailando, cocinando, pilotando... No lo veo mal, pero no sé para qué sirve todo eso en unas elecciones. Se dice que les humaniza y que, así, empatizan más con la peña. ¿Seguro? Si la empatía es ponerse en el lugar del otro, ¿tú crees que cuando un político sale en la tele jugando a pimpón o futbolín se está poniendo en nuestro lugar? Yo no lo creo. Lo que quiere es que nosotros nos pongamos en el suyo, y acabemos votando al mismo partido que él. Si los políticos quisieran ponerse en nuestro pellejo, intentarían ser cercanos toda la legislatura, algo que sobre todo no han hecho los que nos gobiernan. Esta aproximación de última hora y de 15 días, me parece un cuento.

Nos cuentan desde si ligaron mucho a si copiaban en los exámenes y, de este modo, pretenden que nos cambiemos las gafas, y nos pongamos las de cerca en vez de las de lejos, que son las que hemos tenido que llevar toda la legislatura para verlos. Se acercan para que veamos que son como nosotros, pero no lo son por muchas cosas en común que pueda tener su adolescencia y la nuestra. Una prueba de la diferencia actual: ellos están haciendo campaña y nosotros no. Por cierto, ¿por qué nosotros no tenemos una campaña? Quince días, como los políticos. Si ellos quieren captar nuestro voto, los ciudadanos queremos que ellos capten nuestros problemas.

En Finlandia, este año y en una campaña, hicieron reuniones con políticos en casas particulares. Me gustaría ver lo mismo con los nuestros. Y no hace falta que bailen ni que canten, aunque también pueden hacerlo. Ser simpático no hace daño. Lo que perjudica es solo ser simpático cuando lo que se espera de un político es que resuelva problemas.

Gato por liebre

Y, luego, me gustaría ver otra vez a esos políticos en esas casas la legislatura siguiente, pero sin elecciones a la vista. A ver si han cumplido sus promesas. ¿Hay alguna manera de que no nos den tanto gato por liebre? He leído que sí. En Holanda, las promesas son analizadas por expertos independientes que dan a conocer sus conclusiones para que, antes de ir a votar, la ciudadanía sepa si esas propuestas son viables o no.

Sin embargo, esto no es Holanda. Ni Gran Bretaña: un viceprimer ministro grabó un vídeo para pedir perdón por incumplir una promesa electoral. Aquí no estamos tampoco para eso, ni para pedir perdón. Pero sí vemos cómo comen mejillones o van en globo. Y a la hora de votar, que es invertir en nuestro futuro, ¿para qué nos sirve todo eso? Y que quede claro que esas actuaciones no me molestan. Es más, me gustan y distraen. Lo que molestaría es distraerme demasiado, hasta el punto de quitarle importancia a la cruda realidad para darle demasiada importancia a una amable ficción.