Análisis

Un camino difícil

Los familiares de las víctimas deberán afrontar un largo y complejo proceso

CARLOS VILLACORTA

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La popularización del transporte aéreo ha traído consigo un relevante cambio social. El medio de transporte más seguro del mundo, como hemos oído un sinfín de veces, es ahora un transporte público en el sentido más amplio de la palabra. El pasaje de cualquier vuelo es una muestra representativa de todos los sectores culturales y económicos (familias, ejecutivos, funcionarios, turistas, estudiantes...). Si es un vuelo internacional, nos encontraremos además con una pléyade de nacionalidades.

La excepcionalidad de un accidente aéreo y su alcance sociológico explican el impacto emocional que produce en los ciudadanos en general, afectados directamente o no. Eso justifica la adopción de medidas excepcionales de protección a favor de las víctimas. En el ámbito comunitario, el Reglamento 996/2010 impone a la compañía la obligación de establecer una lista de las personas a bordo del vuelo en un plazo de dos horas desde la notificación del suceso. El hecho de que en este caso aún no se conozca podría eventualmente constituir por parte de Germanwings una de las infracciones previstas en los artículos 43 y siguientes de la ley de seguridad aérea.

En España, Fomento ha de jugar un papel de protección particularmente importante. Con las herramientas que nuestra legislación pone a disposición de los afectados por una catástrofe aérea (el decreto 632/2013, de asistencia a las víctimas de accidentes, y la resolución de la subsecretaría por la que se aprueba el protocolo de coordinación para la asistencia a las víctimas de accidentes de aviación), el ministerio ha publicado en su página web una guía básica orientativa para los afectados.

A corto plazo, es importante recordar que este accidente ha ocurrido en Francia, por lo que la lengua extranjera de las comunicaciones, autopsias, reconocimiento y repatriación de cadáveres, expedición de certificados de fallecimiento, etcétera, supondrá un obstáculo adicional, para cuya superación el apoyo del Estado será esencial. Posteriormente, los familiares deberán enfrentarse a complejas y largas investigaciones judiciales y administrativas en el marco de los oportunos procedimientos judiciales, asociados directa o indirectamente a procesos de indemnización en los que la experiencia indica que no cabe esperar una actitud generosa por parte de las entidades legalmente responsables. Un proceso duro, difícil y prolongado, pero útil para, en la medida de lo posible, superar la tragedia y contribuir a la mejora de la seguridad aérea, que los últimos siniestros parecen poner en entredicho Por ejemplo, el accidente de Swiftair en Mali, que directamente afecta a nuestro país (ver más en http://bcvlex.com/accidente-ah5017-air-algerie-swiftair).