Dos miradas

Cada 15 minutos

EMMA RIVEROLA

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Las fuerzas estadounidenses bombardearon un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán. Decinueve personas murieron, 12 miembros de la oenegé y siete pacientes, tres de ellos niños. El bombardeo duró una hora. Las bombas fueron cayendo cada 15 minutos. A pesar de que MSF había proporcionado las coordenadas del centro sanitario a todas las partes en conflicto. A pesar de que avisó a los ejércitos de que el hospital estaba siendo atacado media hora antes de que cesara el ataque. Cada 15 minutos, volvían a caer las bombas. Los proyectiles, con una sospechosa precisión, se cebaron en el edificio central que alberga la UCI y las urgencias. Las instalaciones próximas quedaron intactas. Cada 15 minutos, el número de muertos y de heridos se incrementaba, los enfermos morían quemados en sus camas mientras la impotencia y la rabia recibían la insultante etiqueta de daño colateral.

Cada 15 minutos, el futuro de muchos también estallaba. Ese hospital era una esperanza de vida para la región. MSF ha comunicado que el hospital "ya no está operativo" y esta expresión contiene la inmensa pena por las vidas perdidas, la desesperanza por tantos esfuerzos truncados y la conciencia de que más nombres se sumarán a la lista de las víctimas… La palabra colateral es la falsa coartada de la iniquidad, reduce el crimen a un accidente y la responsabilidad a una disculpa. La última humillación.