¿Busca el PSOE un Puigdemont?

JUANCHO
Dumall

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Si algo hemos aprendido del ajetreado desenlace del forcejeo que llevó a Carles Puigdemont a la presidencia de la Generalitat, cuando ni él mismo conocía su destino pocas horas antes de ser investido, es que en política nunca está dicha la última palabra. El partido no se acaba hasta el pitido final. El juego de tronos que se disputa desde las elecciones legislativas del 20 de diciembre puede acabar así, con una solución in extremis, con un conejo salido de una remota chistera, con una puñalada por la espalda.

Esta semana -otra que llega con la etiqueta de decisiva- empezará con el análisis más reposado de los dos bombazos del viernes: la oferta de Podemos al PSOE y el paso atrás de Mariano Rajoy para no someterse ahora a una investidura destinada al fracaso. La semana seguirá con la nueva ronda de consultas abierta por el Rey y, atención, terminará el sábado con un comité federal del PSOE donde se empezará a saber si los socialistas mantienen a Pedro Sánchez como candidato (como hizo Junts pel Sí con Artur Mas), o bien empiezan a buscar un Puigdemont (como también hizo Junts pel Sí cuando se vio al borde del abismo).

Vuelve González

Barones socialistas, potentes medios de comunicación y lobis económicos aprietan para que Sánchez no consume un pacto de izquierdas con Podemos. «Los españoles ven más fácil una solución sin Rajoy ni Sánchez», titula su portada El País del domingo. Y el Abc entrevista al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien afirma que no concibe «que se decida sin hablar con Felipe González», tesis que, por lo visto, se va imponiendo en los conciliábulos de la capital del reino.

Así que prepárense para oír hablar estos días de soluciones imaginativas con insospechados tapados que puedan -otra cita reciente de Artur Mas- «corregir aquello que las urnas no dieron directamente». La presión sobre Sánchez va a ser enorme. La prima de riesgo, la unidad de España, la recuperación económica, el pago de la deuda, la soberanía popular. Todo estará en riesgo, dirán, si el PSOE vira a la izquierda. ¡Por consiguiente, Felipe presidente!