La brecha digital

El futuro ya está aquí, no le podemos dar la espalda. El futuro digital se ha convertido ya en un tópico desgastado y, mientras, nadie se ocupa del presente. El presente es que no todo el mundo está en el futuro, el presente es que hay mucha desigualdad tecnológica. No todo el mundo dispone de los aparatos necesarios para participar de ese futuro fantástico, el próximo estadio evolutivo de la civilización humana, no todo el mundo puede permitirse tener internet en casa, no todo el mundo sabe cómo estar en esta realidad y no todo el mundo quiere estar con los ojos cerrados.

El presente también tiene que ver con los intereses de las grandes corporaciones que quieren capitalizar las ganancias de este maravilloso porvenir. El presente son gobiernos y administraciones, estamentos públicos de todo tipo, rendidos a los pies de los gigantes de la innovación y el progreso. Solo hay que recordar el anuncio hecho por el Consell Escolar de Catalunya en pleno Mobile World Congress recomendando que no se prohiban los móviles en las aulas, que ello supondría una vulneración de los derechos de los alumnos.

No nos cuenta nadie cómo se protegen estos menores en internet, cómo se protegen los datos, cómo se impide que reciban toneladas de publicidad. No nos dicen cómo hacer que los llamados nativos digitales adquieran un espíritu crítico ante todas estas maravillas que los tienen hipnotizados. Es igual, lo que cuenta es que el futuro ya está aquí. Algunos trámites ya no se pueden hacer si no es de forma virtual. Esto quiere decir que una persona con su presencia física, con todas las carnes y el espíritu, carnet de identidad en mano, tiene menos valor que su certificado digital. Esto quiere decir que tenemos delante, ya hecho presente, un nuevo agravio entre ciudadanos, una nueva desigualdad establecida por las mismas administraciones, que pagamos entre todos. Ahora, no en el futuro.