Dos miradas

Botes de Roma

Cada uno de los botes de Isabel Banal contiene en su interior las virutas de todo lo que existió

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hoy se inaugura en la Real Academia de San Fernando, en Madrid, una muestra colectiva -The Pop-Up Royal Academy / The Shop- que refleja el trabajo de los becarios de la Academia de España en Roma. Entre los artistas, una mujer de la Garrotxa, Isabel Banal, de una larga trayectoria, empeñada en reflexionar sobre el arte y sobre cuál es la imagen que el arte nos proporciona a partir de instalaciones y montajes donde el concepto que se plantea es poderoso y donde la intervención artística es sólida y radical.

En esta exposición, Isabel Banal nos enseña barattoli, botes de plástico con un cierre de aluminio, botes normales y corrientes, de todo a cien, llenos de restos de goma de borrar. ¿O debería decir llenos de restos de dibujos hechos a lápiz que ya no existen porque justamente han sido borrados? Banal ha hecho esto: ha visitado Roma, se ha detenido ante la maravilla, se ha sentado y ha dibujado. Y con una goma per cancellare ha disuelto esa primera impresión y la ha guardado en el bote de las cenizas, de las migajas. Cada uno de los botes -documentado y archivado con rigor de entomólogo- contiene en su interior las virutas de todo lo que existió, siguiendo una idea de Henry James: «Las primeras impresiones memorables generalmente no se pueden recuperar». Curiosamente, sin embargo, en los botes de esta Tutta Roma de Banal no se guarda la nada sino la esencia de un recuerdo que es, por definición, evanescente.