La clave

Bono y la codicia

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JUANCHO DUMALL

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El 7 de agosto del 2005, U2 llenó el Camp Nou en su Vertigo Tour, una gira que alcanzó cifras récord de espectadores (3,3 millones), conciertos (110) y recaudación (250 millones de dólares). Barcelona pudo asistir esa noche a la apoteosis solidaria de Bono, el líder de la banda irlandesa. Fue durante la interpretación de 'One', uno de sus temas bandera, cuando pidió a los fans que encendieran los teléfonos móviles y enviaran un SMS benéfico con la palabra 'África'. Un gesto hermoso que llenó de luz el estadio e iluminó los rostros de quienes donaban en esos momentos unos céntimos por una causa justa. Era la fraternidad convertida en espectáculo.

Señalar las contradicciones de Bono como multimillonario metido en el carrusel de la solidaridad se ha convertido casi en un subgénero de la crítica musical. Desenmascarar al presunto farsante ha sido la tentación de muchos críticos que, aun rendidos a la música de U2, han censurado la actitud empalagosa de quien ha llevado demasiado lejos el márketing de los festivales benéficos.

Los ‘Paradise Papers’

La revelación en los llamados 'Paradise Papers' de que el rockero irlandés ha invertido en la compra de un centro comercial en Lituania a través de una sociedad 'offshore' radicada en Malta para evitar impuestos no ha hecho sino amplificar esa leyenda negra. 

Contra lo que suele ocurrir en estos casos, el músico no ha negado la información. Ha dicho, en la línea de las grandes estrellas del fútbol, que le habían asegurado que la operación cumplía con todas las normas fiscales, y ha rematado diciendo que "celebra" este tipo de revelaciones. Muy elegante.

Pero la explicación es endeble. Bono debería explicarnos cómo un divo de la solidaridad puede precipitarase por la pendiente de la codicia para ahorrarse unos euros, que sus fans, relegados a la penosa condición de pardillos, pagan emocionados para ayudar a África. Es triste que este comportamiento dé la razón a uno de los dichos más reaccionarios del refranero español: 'Dime de qué presumes y te diré de qué careces'.