DOS MIRADAS

Un bledo

Las reservas de paciencia no son infinitas, no se puede quebrar constantemente la confianza entre los ciudadanos y sus representantes

Puigdemont y Rajoy, en la Moncloa, en abril del 2016.

Puigdemont y Rajoy, en la Moncloa, en abril del 2016. / periodico

EMMA RIVEROLA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Francamente, querida, me importa un bledo". Así despide Rhett Butler a Scarlett O’Hara, harto de sus embustes y maquinaciones. "¿A dónde iré yo? ¿Qué podré hacer?", le había preguntado ella segundos antes, al saber que se iba "en busca de un poco de paz".

Después de que la <strong>Generalitat </strong>negara la existencia de ningún encuentro con el <strong>Ejecutivo central</strong>, se ha confirmado que sí hubo reunión entre <strong>Mariano Rajoy </strong>y <strong>Carles Puigdemont</strong>. Las reuniones privadas entre adversarios políticos en momentos de tensión son, afortunadamente, un signo de cordura democrática. También un reconocimiento de la gravedad del problema.

Es aceptable que las partes no informen del acto, las reuniones secretas son eso, secretas. Lo impresentable, lo inadmisible es mentir sobre los hechos. No es solo una cuestión de ética, es una traición a la democracia. Ni posverdad ni excusas. No hay justificación posible. 

PANORAMA SUCIO Y CANSINO

Unimos la mentira de la reunión con el esperpento de la Operación Catalunya, grabaciones arriba, 'pendrive' abajo, y tenemos un panorama tan oscuro, tan sucio como cansino. No apto para ciudadanos con un mínimo de sentido crítico… y del ridículo. Las reservas de paciencia no son infinitas. No se puede quebrar constantemente la confianza entre los ciudadanos y sus representantes. No, sin que más de uno acabe opinando de la política lo mismo que el protagonista de 'Lo que el viento se llevó'. Y eso nos perjudica a todos.