opinión

'Blade Runner', de la Castellana a la Diagonal

Ambiente en la plaza de Catalunya, la noche del 1-O.

Ambiente en la plaza de Catalunya, la noche del 1-O. / periodico

Jesús Rivasés

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Winston Churchill dijo en septiembre de 1941, cuando había dudas sobre el papel que jugaría en la II Guerra Mundial, que Rusia era "un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma". Catalunya, que en los últimos días ha emergido como una incertidumbre real, dentro y fuera de España, ha sido y es, sin embargo, una historia de éxito económico y social dentro del mismo éxito económico y social español de los últimos 40 años. Y en algunos aspectos, un éxito incluso superior al de España, que ahora algunos temen que se difumine.

La economía española junto con la británica ha sido la que más ha crecido entre los cinco grandes de Europa desde 1977, con un tasa promedio del 2,2% anual, por delante del 1,9% de Alemania y Francia y del 1.2% de Italia. El crecimiento medido en aumento del PIB per cápita todavía ha sido mayor, ya que ha alcanzado el 5,1%, igual que la del Reino Unido, frente a un 5% de Francia; 4,8% de Alemania y 4,5% de Italia, según datos elaborados por el Círculo de Empresarios que preside Javier Vega de Seoane.

Catalunya, dentro de España, ha seguido la misma tónica. No hay datos desagregados de 1977, pero los economistas del Círculo, dirigidos por Alicia Coronil, han rastreado que la renta per cápita nominal era de 1.657 euros en España en 1977 y de 1.983 en Catalunya. Cuarenta años después las cifras son 25.028 y 28.476 euros respectivamente, lo que ilustra el gran salto adelante del país y que Catalunya mantiene casi la misma diferencia porcentual a su favor.

Más espectaculares son los datos de las exportaciones de bienes y servicios que, en 1977, representaban el 13,3% del PIB en España y 15,2% en Catalunya y en el 2017 son el 33,1% del PIB español y el 38,4% del catalán, con aumentos del 248% y 252%. Al mismo tiempo, los grandes acorazados de las finanzas y la industria catalanas también dieron su particular salto de gigante, apuntalado en el mercado español para luego crecer en el exterior. Caixabank absorbió numerosas entidades financieras del resto de España; algo similar hizo el Banc Sabadell; Gas Natural adquirió Unión Eléctrica Fenosa y Abertis asumió el control de las principales autopistas españolas, por citar solo las principales y varias de las que ahora, para proteger el negocio, a sus accionistas, clientes y empleados, cambian su sede social, ante la incertidumbre independentista.

En Madrid y Barcelona acaba de estrenarse la segunda parte de 'Blade Runner', la película de culto de Ridley Scott, que incluía el mítico lamento del replicante Roy Batty antes de morir: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia". Un descarrilamiento independentista echaría a perder los éxitos económicos y sociales catalanes y españoles, como apuntan en los despachos de la Castellana y la Diagonal, tras ver la segunda parte de 'Blade Runner', también gótica pero acaso decepcionante.