El epílogo

'Black mirror'

ALBERT SÁEZ

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Cuatro emitió de una tirada la miniserieBlack mirror. Aparentemente, una especie de drama cómico o de comedia trágica. Pero el argumento constituye una auténtica bomba racimo que dinamita los grandes tótems de la cultura actual hasta constituirse en un retrato de nuestra época tan realista que provoca ansiedad e incluso angustia en el espectador. Sin reventar las sorpresas de la trama, que hay que consumir en tiempo real, diremos que el espejo negro de nuestro tiempo está impregnado con una supremacía de la imagen por encima de cualquier otro lenguaje y de cualquier otra forma de pensamiento. Somos una época que vive con, por, para y según las imágenes que producimos y, sobre todo, de las que imaginamos.

El segundo trazo de nuestra época es la crueldad de la masa enfurecida por la espectacularidad de las imágenes que comparte. Una masa capaz de pasar de la repugnancia al jadeo gracias a un proceso de sugestión colectiva horrorizada por un peligro tan grave como irreal. Y sobre esa masa, una clase dirigente surgida de la connivencia entre los medios de comunicación de masas y los políticos, capaces de proporcionar al pueblo la imagen más deseada con tal de mantenerse en la poltrona del poder y delshare.

La repulsión

La provocación deBlack mirrorno es muy distante del infierno de Dante, un espacio de sufrimiento a partir de la contemplación de las imágenes que nos repugnan. Pero quizás la aportación es indicarnos que ese infierno es en parte el mundo en que vivimos. Nuestro comportamiento, por ejemplo, en elcaso Bretónrefleja esta tendencia a prestar horas y horas de atención a aquello que más nos repugna. La historia de un padre que podría haber quemado a sus hijos para vengarse de su expareja es tan repugnante como imaginar al primer ministro británico fornicando con un cerdo en la televisión para rescatar a una princesa secuestrada. Pero a pesar de ello, los medios pueden dedicarle horas y horas. Y la gente lo mira(mos).