La clave

Bendita hemeroteca

Si los políticos no ajustan cuentas con la verdad, la hemeroteca les acabará pasando factura, como ahora al PSOE con el caso de los ERE andaluces

ENRIC HERNÀNDEZ

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Hubo un tiempo, tristemente pasado, en el que la coherencia cotizaba al alza en política. Los responsables públicos medían cada una de sus palabras a sabiendas de que cada matiz, contradicción o rectificación podía adquirir categoría de noticia. Así fue hasta que los profesionales de la política, sedientos de titulares y de protagonismo televisivo, reemplazaron la democracia deliberativa por la declarativa. El triunfo de la vociferante demagogia de plató hizo regla de la excepción: ya no importaba la defensa de unos principios fiables; solo la cosecha de fáciles aplausos.

No es de extrañar, pues, que Ana Pastor, la astuta directora de El Objetivo en La Sexta, haya aprovechado esta circunstancia para, bajo el título Bendita hemeroteca, convertir en género periodístico la identificación de incongruencias políticas. No le faltará materia prima.

Después de que el Tribunal Supremo citase ayer como imputados por el caso de los ERE a los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, el PSOE renunció a pedirles que abandonen sus escaños. No es preciso revisar viejos legajos para sacar los colores a los socialistas. Y es que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, adelantó el pasado diciembre cuál sería su reacción si al fin Chaves y Griñán eran imputados: «Les pediré que renuncien a sus actas». Otro tanto manifestó Susana Díaz respecto a sus antecesores al frente de la Junta: «Esto no es ni Madrid ni Valencia: no va a haber imputados sentados en los escaños.»

Aún hay más: recién destituido el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, sobre el que pesan ciertas sospechas por el caso del tranvía de Parla pero ninguna imputación judicial, Sánchez tronaba el pasado sábado: «No me temblará la mano para echar a ningún corrupto del PSOE.»

La ley del embudo

Pero la ley del embudo no es patrimonio del PSOE; la esgrimen también el PP -que protege a sus imputados autonómicos pero exige la renuncia a Chaves Griñáno Podemos, que ampara el silencio de Monedero sobre sus oscuros cobros. Si los políticos no ajustan cuentas con la verdad, la hemeroteca les acabará pasando factura.