tú y yo somos

Belén Estebán y Rosa Benito: guerra a la vista

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Bajó Belén la escalerilla del Deluxe (T-5) con todo el personal de pie, aplaudiendo a rabiar a la gran star. O sea, la temporada televisiva 2015-2016 ha quedado oficialmente inaugurada. Estos belenazos son habituales. Cada vez que vuelve de sus vacaciones en Benidorm, en Tele 5 paran máquinas y le preparan a la estrella una rentrée de fábula. La gran noticia que llevaba bajo el brazo es que ha hecho las paces con su novio Miguel «Su infelidad está perdonada y olvidada»). Pero este tipo de noticias, positivas y amorosas, en T-5 no cuajan. No sirven. No hay maldad. Si fuera al revés, si Belén hubiera dicho que a Miguel no lo quiere ver ni en pintura, habrían tenido una alegría bárbara: el asunto habría sido elevado a conflicto universal. Les hubiera dado para muchos programas de cacao y reproches mútuos. ¡Ah! Los fangos de pareja son una bendición para esta fábrica de conflictos y miserias personales. Pero en vista de que Belén Miguel se han reconciliado, y que todo es felicidad, y dado que La ternura no se paga con ternera, como solía advertir el inolvidable y perspicaz radiofonista Luis Arribas Castro, enseguida pasaron a escalfar otro tema más rentable: la guerra entre Belén Rosa Benito. ¡Ah! Ese sí que es tema del que poder vivir muchas semanas. Lo han comenzado a  fabricar allí mismo, en el Deluxe. Lo último que ha declarado la señora Benito, apartada de Tele 5 desde hace unos meses, es la siguiente frase: «Antes me corto las piernas que volver a Sálvame». Pues me apuesto un carajillo que antes de tres meses volverá. Y como son maestros en el arte de los fuegos artificiales, ya habrán calentado el ambiente de tal forma que cuando coloquen a Belen y a Rosa frente a frente, la tremenda narración de Plinio sobre la erupción del Vesubio arrasando Pompeya va a quedar borrada de la Historia, por parecer una inocentada.SIN CUERPO, ¡HAY DELITO! .- Los del 30 minuts (TV-3) nos acaban de contar una historia que ilumina la corrupción que nos invade: el caso de Ramón Laso, el primer condenado por homicidio sin que exista cadáver, ni arma del delito, ni confesión. ¡Ahh! Deberían tomar nota los jueces que siguen la corrupción. Parece que no hay manera de encontrar un empresario que confiese que ha falseado las facturas -que pagamos los ciudadanos- para que al partido en el poder le quede un porcentaje. Los jueces de la corrupción deberían fijarse en el caso Laso:  le han caído 50 años de cárcel.