Beiras, "el singular diputado"

Xosé Manuel Beiras, en el Parlamento gallego (La Sexta).

Xosé Manuel Beiras, en el Parlamento gallego (La Sexta).

FERRAN MONEGAL

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Otro luminoso ejercicio de informativos comparados. Miércoles 17, sesión de notable trascendencia en el Parlamento gallego: era el primer pleno en el que el presidenteNúñez Feijooiba a hablar de su relación con el narcotraficanteMarcial Dorado. Ante sus explicaciones, toda la oposición clamó indignada. Y se distinguió en sus interpelaciones el diputadoXosé Manuel Beiras. En casa pusimos el noticiarioA-3 Noticiaspara informarnos. Vimos que aBeiraslo presentaban con el apelativo«el singular diputado». Lo sacaron gritando y gesticulando sin que se le entendiese nada. De su intervención emitieron solamente dos segundos de una frase descontextualizada, en la que decía «Faime ustedes llorar». Y, francamente, en casa sacamos una fatal impresión de este político. Parecía que estábamos ante un espantapájaros, una criatura asilvestrada y surrealista que emitía ruidos acompañados de gestualidad disparatada. Un ser sin argumentos, desnortado, posturista catastrófico, absurdo y extravagante. Cambiamos entonces aLa Sexta Noticias. Allí nos estaban informando también de esta misma sesión parlamentaria, pero elBeiras que nos enseñaron tenía una coherencia argumental que no sospechábamos. Ya no era un espantapájaros. Su gestualidad airada no era un arranque silvestre y absurdo, sino que era la consecuencia de la siguiente interpelación dirigida al presidenteFeijoo:«Viene usted aquí a insultar a la oposición. A los ciudadanos que representamos. Y a la gente que está ahí arriba representando a quienes padecieron esta peste», y en ese instante unavoz en off de este noticiario nos aclaró, para que estuviésemos bien informados:«Beiras se refería a la presencia en la tribuna de las madres de toxicómanos». Y siguieron ofreciéndonos la interpelación deBeirasque acabó con la frase«Faime vostede chorar de noxo», y que nos la ofrecieron traducida:«...llorar de asco»o sea, rematando con un ascoque en la otra cadena no escuchamos. Es decir, que en menos de diez minutos, y mirando la misma sesión parlamentaria por dos cadenas distintas,Beirashabía pasado de parecer un disparatado espantapájaros a un político airado, pero con argumentos claros.

Conclusión: en la tele, cada vez más, la vida es del color del cristal de quien la está enfocando. Aquí, además, concurre una fantástica circunstancia: ambas cadenas, son del mismo grupo empresarial.