Barcelona sin liderazgo

La decisión de Xavier Trias de utilizar el inusual e inédito procedimiento de una moción de confianza para aprobar los presupuestos de la ciudad que han sido rechazados esta semana, es el reflejo de su incapacidad política. No dispone de mayorías, no las busca, no las crea. Se refugia en su grupo político y en los resquicios legales para forzar una decisión (aprobar los presupuestos) con un instrumento (moción de confianza) que no está pensado para ello.

De hecho, este año Barcelona ha funcionado con el presupuesto del 2012 prorrogado porque el gobierno en minoría de CiU no consiguió el consenso necesario para aprobar el nuevo presupuesto municipal. Y así seguimos. Trias no consigue apoyos, pero no asume los costes políticos de llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. Y así va tirando, mientras la ciudad carece del impulso político necesario para evitar apagarse y languidecer. Ir tirando es, parece, lo único que le preocupa.

En esta situación, hay que ser claros. La falta de apoyos para la gobernabilidad del Ayuntamiento se debe, principalmente, en la falta de liderazgo del alcalde y --quizá-- también en las contradicciones del PSC para diseñar, en su momento, una estrategia opositora que hubiera hecho compatible la crítica con la responsabilidad. Ahora ya es demasiado tarde, lamentablemente.

Nos encontramos ante una situación insólita que es el reflejo del retroceso en las formas y en el fondo al que Trias, con sus miedos y sus limitaciones, nos lleva. El ir tirando es vivir de rentas del pasado. De las rentas de una economía fuerte y saneada que dejó el alcalde Hereu y su equipo de gobierno, o de sus iniciativas, como el Mobile World Congress, por ejemplo. ¿Qué ha hecho Trias en el mandato? Lo va a tener difícil de explicar sin recurrir a la falsedad o al maquillaje. Nadie recordará nada. Hay que pasar del ir tirando... a hacer lo que conviene y se necesita.

Hay una gran diferencia entre administrar y liderar. “Administrar es hacer las cosas bien, liderar es hacer las cosas correctas”, tal y como afirma Peter Drucker. Con Trias, quizá no hay problemas graves, pero tampoco horizontes, futuro y proyecto. Esta es la cuestión. La ciudad está gobernada a la medida de su alcalde, no a la medida de sus necesidades y aspiraciones.

Ahora hay que convertir en mayoría electoral, la mayoría social que se está construyendo en la ciudad. Hay una alternativa progresista posible. Una alternativa social a la que las fuerzas políticas renovadoras, catalanistas y de izquierdas no pueden darle la espalda por puro tactismo o cálculo electoral.

La mayoría progresista de la ciudad tampoco puede ir tirando, simplemente. No podemos cometer los errores de la inercia acomodaticia que denunciamos en nuestros adversarios políticos. Hay que pasar a construir una alianza plural capaz de dar la energía y el dinamismo político que la ciudad necesita. Afortunadamente, sus empresas, sus emprendedores y sus proyectos siguen siendo el motor de la ciudad y nos sostienen y nos impulsan. Pero necesitamos que en la dirección de lo público a un conductor o conductora que no se conforme con ir delante, sino al volante.