Pequeño observatorio

Barcelona puede naufragar entre islas

La creación de supermanzanas debe ser rigurosamente analizada por expertos económicos y sociales

Evolución en la edificación de vivienda de Barcelona

Evolución en la edificación de vivienda de Barcelona / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Yo soy 'eixampler' de toda la vida. Nací en la Dreta del Eixample y pronto pasé a la Esquerra. Y nunca lo he abandonado. La frontera entre la derecha y la izquierda del Eixample siempre me ha parecido discutible. Consulto la Enciclopèdia Catalana y me encuentro con que dice esto: "La derecha y la izquierda están separadas por la calle Balmes". ¿Separadas? Posiblemente tenga un día espeso, pero no vería mal que, en vez de separados, se dijera que los dos barrios están "unidos" por la calle que tienen a ambos lados. Son dos barrios pegados, diría yo. Como todos los que definen el Eixample.

Todo habría sido diferente si hubiera triunfado la propuesta de solo edificar en dos de los cuatro lados de cada isla y reservar los demás para jardines. La población urbana se habría asfixiado. Podría vivir mucha menos gente allí. La actividad comercial también se habría visto afectada, con unos espacios alejados unos de otros.

En el tiempo de aquellas propuestas quizá no se podía prever la explosión de Barcelona como ciudad absorbente de todo tipo de energías. Y al mismo tiempo con la expansión comercial --que es tanto como decir vital-- cómodamente al alcance de las más diversas necesidades de la población. Es importante, para los ciudadanos, tener cerca todos los recursos que ofrezca una ciudad. Se habla de las 'ofertas de proximidad'. En este sentido, puedo decir que dispongo de mis recursos más habituales en las tres o cuatro manzanas del Eixample que rodean mi casa.

Daniel Mòdol, del gobierno de Barcelona, ha dicho que no es partidario de la propuesta de hacer una superisla en el Eixample. Argumenta que la superisla puede poner en peligro tramas como las del Eixample, el distrito de tejido urbano más democrático. El concejal de Arquitectura insinúa que una movilidad muy baja acabaría matando la actividad económica asociada a la ciudad.

Pienso que la creación de supermanzanas debe ser rigurosamente analizada por expertos económicos y sociales. Admitiendo que la futurología es una práctica de riesgo. Los cambios provocados por el turismo en Barcelona no los había imaginado nadie.