Un problema sanitario

Barcelona y las drogas

La ciudad, con una experiencia de 30 años en combatir las adicciones, pone en marcha otro plan

nualart-6-12-2017

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CARME BORRELL

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El consumo de drogas ha sido una de las preocupaciones recurrentes de los servicios de salud pública a lo largo de los años. En Barcelona, donde disponemos de un ambicioso Plan de Adicciones que más adelante detallaremos, las drogas más consumidas son el tabaco y el alcohol. En la población mayor de 15 años el consumo de tabaco ha disminuido a lo largo de los años, de forma que ahora son fumadores un 23% de los hombres y un 16% de las mujeres. Respecto del consumo de alcohol, vemos que el 9% de los hombres y el 4% de las mujeres muestran un uso a niveles de riesgo para la salud. Mientras tanto, el cannabis es la sustancia ilegal más consumida, como se deriva de la Encuesta de Salud del 2016, donde un 7% de los hombres y un 1,8% de las mujeres indicaban que lo habían consumido al menos una vez en el último mes. Por otra parte, en la importante red de centros de atención a las drogodependencias de la ciudad, los CAS, hay mayoría de usuarios hombres, que demandan atención por consumo de alcohol, seguido de cocaína y heroína.

El alcohol y los jóvenes

En cuanto a los jóvenes, aunque desciende su consumo de tabaco, en segundo de bachillerato (17-18 años) fumar regularmente afecta al 20% de los chicos y al 24% de las chicas. Y el porcentaje de alumnos de esa edad que declara haber consumido alguna vez cinco o más bebidas alcohólicas en una misma ocasión (binge drinking) durante los últimos 30 días es mayor en chicos: el 31%, cifra que en chicas es del 23%. Sabemos que la mitad de hombres y mujeres de esas edades han probado el cannabis. Y mirando otros factores, entre los jóvenes que han tenido relaciones sexuales una buena parte declara haberlo hecho bajo los efectos del alcohol u otras drogas, y además, en esos casos alrededor del 70% aseguraron no utilizar preservativo.

Barcelona hace ya tres décadas que puso en marcha el Plan de Acción sobre Drogas, de hecho son planes para cuatro años que han facilitado una vigilancia continuada del problema y las acciones necesarias para abordarlo. Todos los planes de drogas han partido de un amplio consenso social y político, con la participación de diferentes actores, levantando un modelo de cómo afrontar el problema que es referente para muchas otras ciudades y países.

Evaluación de datos y atención a la ciudadanía

Recientemente se ha aprobado el noveno plan, el Plan de Acción sobre Drogas 2017-2020. Para su confección se parte de una evaluación rigurosa, a partir de datos e indicadores,  pero escuchando a fondo a la ciudadanía, las entidades y los ámbitos técnicos y políticos. El plan traza cinco líneas estratégicas que incluyen la perspectiva de los determinantes sociales de la salud, la importancia de la participación y de asegurar una buena gobernanza, así como de abordar el estigma sobre el uso de drogas, entre otros.

El abuso de sustancias es una de las condiciones de salud más estigmatizadas, y por tanto conviene que las políticas se dirijan a prevenir el consumo y a tratar a las personas consumidoras como ciudadanía de pleno derecho. Hay que ahuyentar la sombra del estigma. El plan incluye la implementación de una gobernanza global con una estrategia común con respecto al consumo de drogas en el conjunto de la ciudad. Deberán considerarse, por tanto, la diversidad y las particularidades de los diferentes territorios y las acciones irán encaminadas a, entre otros objetivos, el control de la oferta y el cumplimiento de la normativa vigente en promoción y publicidad y en venta a menores. Simultáneamente, se ha acordado actuar sobre los determinantes sociales de la salud,  como son las condiciones de vida y trabajo de las personas. Lo veremos, además, en la prevención que se lleva a cabo en los ámbitos escolares, la familia y la comunidad. Dentro de los objetivos y líneas del plan destaca también el que persigue adecuar y mantener la red asistencial, garantizando el acceso a recursos de calidad para las personas usuarias, ofreciendo un tratamiento integral. Pero el plan dice también que hay que estimular y mejorar la colaboración entre las partes concernidas, así como la participación de la comunidad y de las asociaciones de personas afectadas.

En el marco de estas directrices, y de las acciones que de ellas se derivan, ahora que empieza a caminar este nuevo Plan de Acción sobre Drogas de Barcelona tenemos la certeza de que contribuirá de lleno a que nuestra ciudad avance en la prevención del consumo de drogas y en el tratamiento a las personas afectadas.