Editorial

La Barcelona de hoy y la del futuro

El impacto de la crisis fuerza a hablar de lo más acuciante, pero la ciudad necesita debatir también proyectos a largo plazo

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Se apagan los focos de los platós  de televisión y se vacían los modestos recintos de los mítines. Hoy es jornada de (obsoleta) reflexión. Barcelona, la capital catalana, concluye una campaña peculiar, que la empareja a otras grandes ciudades españolas donde se ventilan pulsos poco tradicionales.  Por primera vez desde 1979, el duelo por la alcaldía no está entre dos propuestas de ordenya que la opción de Barcelona en Comú, que encabeza la activista Ada Colau, compite de tú a tú con el actual alcalde, el convergente Xavier Trias. La Barcelona empobrecida e indignada, frente a la que exhibe suficientes activos como para no querer que las cosas cambien de raíz. A su vera, un puñado de opciones pugnan para que, tras el recuento, su voz tenga que ser oída en los más que previsibles pactos. Collboni (PSC), Fernández Díaz (PP), Bosch (ERC) y Mejías (C's), además de Lecha (CUP) si pasa el listón del 5%, formarán el consistorio más fragmentado de la democracia. Un Trias sin aristas aspira a arañar el voto útil a diestra y siniestra de quienes temen o no se fían de Colau. Ahí está el sondeo diario del GESOP en este final de campaña para mostrar cómo de reñidas están las cosas. Y  la trastienda no estrictamente municipal obliga a especular si la capital catalana exhibirá una mayoría soberanista que dé oxígeno a la  convocatoria de Artur Mas a las urnas el 27-S.

De regreso al terreno estrictamente local,  constatamos que el hecho de que Barcelona, como el resto de Catalunya y España, todavía arrastre las tremendas secuelas de la crisis con su reguero de desempleo, exclusión y desigualdad, ha centrado mucho las propuestas de la campaña.  Más allá de esa comprensible lógica se echa en falta un debate más profundo sobre el futuro. Si los primeros ayuntamientos democráticos lograron la dignificación urbanística de la ciudad (periferia metropolitana incluida) y proyectaron Barcelona hacia la triunfal meta del 92, ahora toca pensar a 20 años vista un modelo que no se duerma en los laureles de los que aún vivimos ni se pierda en sueños irrealizables.

El debate sobre el turismo ilustra parcialmente los retos pendientes de una ciudad en su proyección exterior, en su planeamiento urbano, en la actividad productiva y de servicios, en el reparto de los beneficios y en su cohesión social. En no morir de un éxito, que puede ser efímero, a costa de buena parte de sus habitantes. O sea, de ella misma.