LA RUEDA

Barcelona, del ensayo al reto en cuatro años

SAÜL GORDILLO

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La primavera catalana del 2011 culminó en Barcelona con las consultas no vinculantes que se celebraron en municipios y comarcas tras encenderse la mecha política del referendo de Arenys de Munt del 13 de septiembre del 2009. La capital catalana celebró el 10 de abril del 2011 la última de aquellas consultas ciudadanas por la independencia, que recogió 257.645 votos del sí. El portavoz de la plataforma Barcelona Decideix, que movilizó a 7.000 voluntarios, era el entonces escritor Alfred Bosch, que este viernes disputará -salvo pacto de última hora- el liderazgo de la candidatura electoral de ERC a la alcaldía de Barcelona al diputado Oriol Amorós. Hoy, Bosch también es diputado, y la ERC de ahora gana elecciones y brilla en las encuestas mientras que aquel año fracasó en las municipales ante un Xavier Trias que rentabilizó los impulsos de la primavera catalana en las urnas mejor que el tándem Jordi Portabella-Joan Laporta. Cuatro años después, Bosch y Amorós quieren disputarle la alcaldía a Trias, y a esta ERC no le pasa por la cabeza sacar urnas de broma el 9-N si no prospera la consulta independentista impulsada por Artur Mas.

La cercanía de la cita del 9-N y las municipales de la próxima primavera son una metáfora de la etapa 2011-2015. No solo por la pugna entre CiU y ERC por la hegemonía del espacio soberanista. También porque las consultas del 2011 llegaron después de una primavera de indignación en las plazas. El movimiento del 15-M y todo lo que representa el mundo de la izquierda alternativa también quiere jugar en serio por la alcaldía, con el proyecto Guanyem Barcelona de Ada Colau. La izquierda y el soberanismo se agitan, conscientes de lo vientos demoscópicos favorables. Pero no menosprecien a Trias.