Dos miradas

Azul

¿Tiene salvación Europa? Inoculada de nuevo por el virus de la extrema derecha, ¿se desmorona de un modo irresoluble todo lo construido?

EMMA RIVEROLA

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Y poco a poco el mapa de Europa se va tiñendo de azul. Un azul más o menos intenso de un mal que no tiene matices. La extrema derecha asoma en Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría e Italia, y en Austria se queda a las puertas de la presidencia. Un azul que llega cargado de un pasado de lucha, barbarie, muerte y miseria. Europa supo vencer al fascismo y, durante décadas, consolidó un sistema de bienestar que se erigía en el muro de contención de los fantasmas. El triunfo de un proceso de integración social, político y económico que parecía modélico. Pero el dique se resquebraja. Y, esta vez, ya sabemos todo lo que las aguas azules son capaces de arrasar.

¿Tiene salvación Europa? Inoculada de nuevo por el virus de la extrema derecha, ¿se desmorona de un modo irresoluble todo lo construido? La tozuda amenaza de la realidad necesita algo más que palabras. Son bienvenidos símbolos como el del triunfo de Sadiq Khan, primer alcalde musulmán de Londres. Pero son precisas soluciones que muestren el camino. Alemania y Grecia son dos puntos fundamentales de la encrucijada europea. Si Alemania asume a los refugiados a los que ha dado cobijo y es capaz de integrarlos en un tiempo más o menos razonable y si Europa es capaz de dar salida digna a una Grecia quebrada, habrá esperanza. En caso contrario, el azul se alimentará de la parálisis de las instituciones, de la creciente desigualdad y del deterioro de la convivencia.