MIRADOR

Aznar quiere marcarle el paso a Rajoy

ROSA PAZ

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Cuentan en los mentideros madrileños del PP que las razones que llevaron al expresidenteJosé María Aznara plantear hace tres semanas, en elprime time televisivo, una enmienda a la totalidad de la política deMariano Rajoyno están tanto en que no le guste cómo afronta el Gobierno la gran crisis-que, por lo que se ve, no le gusta- sino más bien en la torpeza que atribuye a los dirigentes de su partido para esquivar la Gürtel, elcasoBárcenas y el escándalo de los supuestos sobresueldos. Así que, según esa versión,Aznarestaría enojado y temeroso de que por la impericia de sus sucesores se le acabe endilgando a él semejante marrón.

Sean estos u otros los motivos, lo cierto es que el expresidente está empeñado en marcarle el paso aRajoy, dispuesto a recitarle el guion de lo que tiene que hacer y decidido a darle lecciones de cómo se hacen las cosas. En su reaparición del lunes en el vetusto Club Siglo XXI, ya sin la acritud que destiló en la entrevista de Antena 3, le mandó de nuevo el mismo mensaje: Menos impuestos, más reformas de alta intensidad -sin precisar- y más autoridad ante las veleidades soberanistas. No parece que el presidente del Gobierno, que en esta ocasión envió a la supervicepresidenta a escuchar aAznar,esté dispuesto a seguir ese compás. Pero es posible que siAznarcontinua con su cruzada le acabe haciendo un roto aRajoy en el partido y entre sus votantes, que, por cierto, van incrementando a paladas el sector de los indignados.

La irrupción deAznarha servido, no obstante, para demostrar que la dirección del PP se mantiene unida en torno aRajoy, pero también para visualizar que el sector crítico trasciende a la desafiante voz de la expresidenta de Madrid,Esperanza Aguirre. No se conoce aún qué fuerza tienen los disidentes, pero ya hay medios de comunicación que se suman entusiastas a las palabras deAznary claman para que vuelva.

Pero ya lo dice el dicho, quien siembra vientos recoge tempestades. Así que el Gobierno ha lanzado a sus voceros a desmontar las críticas del expresidente y en los últimos días se escuchan públicamente en Madrid cosas tan insólitas, por inesperadas, como queRajoyha hecho una reforma laboral dura y ha aguantado dos huelgas generales, mientras queAznarhizo «una reformita» y la retiró en cuanto le hicieron media huelga; que para conseguir su primera investiduraAznarcedió ante los nacionalistas más queFelipe Gonzálezen 14 años (¡Ay, aquellos pactos del Majestic!) y quese tragóla política lingüística catalana, y, en fin, queAznarhace trampa al vender su gestión, porque su gobierno hizo caja con la privatización de las joyas de la corona, Telefónica, Endesa, Repsol, Argentaria, y ahora solo queda miseria para administrar. Y lo dicen ellos.