La avenida de la seda

Trabajadores chinos en un proyecto en Moragahakanda, en Sri Lanka.

Trabajadores chinos en un proyecto en Moragahakanda, en Sri Lanka. / periodico

RAFAEL VILASANJUAN

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Ahora sí. Hace tiempo preveíamos la eclosión de China como primera potencia global, pero nos costaba ver si alcanzaría mas allá de sus finanzas. El país mas extenso del planeta se ha convertido en el primer inversor global, el que más transacciones realiza y en la segunda economía mundial. No sabemos si este proceso intensivo tiene límite. De momento ha llevado al gigante amarillo a la cima de la globalización y cuando auguraban una crisis de crecimiento, el sueño chino despierta con una apuesta colosal: convertir la ruta de la seda en la primera autopista global.

Suena a delirio imperial y las cifras marean. Por comparar, ahora que aquí cerramos presupuesto, la inversión inicial del sueño chino equivale a tres años completos de todo el gasto público español. ¡Ahí es nada!. Pero viniendo de donde viene empecemos a considerarlo. China tiene dos grandes fortalezas, las finanzas y la construcción de infraestructuras. Cuando las pone juntas triunfa, como ha venido haciendo en África y Latinoamérica hasta convertirse en el principal socio comercial. La mayoría de las inversiones chinas -no todas- se producen en países con regímenes débiles y gobiernos con nula calidad democrática y sin condicionar al país receptor. Pero es cierto que en África el dinero chino está permitiendo una nueva clase media, todavía muy incipiente y trabajos que han sacado de la pobreza a millones de personas. La propuesta es extender el modelo a escala global.

Con su mochila comunista llena de capital, China se lanza a la conquista del mundo transformado la ruta medieval de su imperio pasado en una auténtica avenida global. Autopistas hasta Turquíapuentes en Bangladésvías de alta velocidad que atravesarán Asia Central, puertos marítimos de Indonesia a Mozambique, plantas industriales y energéticas en medio mundo que abran una nueva ruta para conectar África a través de Pakistán y el Mediterráneo a través de Oriente Medio.

EL SUEÑO DE XI JINPING

Frente a los temores a la globalización que están pasando factura a occidente, llevando a Gran Bretaña a apartarse de un proyecto común y a EEUU a elegir a un presidente sin mas ideas que atizar el temor a lo foráneo, China tiene un plan con proyectos que abarcan a más de la mitad de la población mundial. La falta de visión y el espacio que le está dejando occidente, cada vez mas retraído, están abriendo un abismo por donde el presidente Xi Jinping vende el sueño dorado de una nueva globalización, a su manera.  

¿Regresa el imperio? El orígen de esta expansión global empezó en la periferia china para crear nuevos puestos de trabajo y frenar la radicalización entre las comunidades islámicas mas alejadas de Pekín, con idea de abrir relaciones comerciales y controlar la región. El proverbio chino dice que el camino más largo empieza por un paso. Ahora el sueño ya no para y si la torpeza de occidente sigue cerrando fronteras, la nueva avenida de la seda, convertirá además al gigante amarillo en la primera potencia global. El primer paso está dado.