OPINIÓN

Audiencia galáctica para el ridículo del 'ser superior'

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hasta Carlos y Juan March sabían que Florentino Pérez, el hombre que cuida de sus dineritos en ACS (cierto, cada vez menos porque no se fían demasiado de él), había tomado hace muchos meses dos decisiones que eran una sola. Un asesinato y un alumbramiento. En el crimen, le importaba poco mancharse las manos, que lo pusieran verde o que le dijesen de todo, tanto que ni tenía previsto velatorio. Mataría a Iker Casillas porque estaba más que harto. La compensación era, como no, el alumbramiento del galáctico 2015, que no era otro que el meta David de Gea, más blanco que blanco aunque, en el 2011, dijese, vestido de rojiblanco, que no se iría al Real Madrid «ni por un cheque en blanco».

Eso lo sabía, insisto, toda España, media Europa, buena parte de América y, tal vez, quien sabe, un décima parte de China. Sabían que esa era, no la intención, sino la operación. Y lo sabían desde que Casillas se sabía

muerto y De Gea, jugador blanco. Desde que el esposo de Sara Carbonero empezó a buscarse la vida sin perder dinero (el pobre) y el novio de Edurne firmó un preacuerdo con el flamante Real Madrid, que, por cierto, visto como ha terminado todo, igual se ven obligados a indemnizarle con 10 millones de euros. Se sabía desde que Julen Lopetegui le echó una mano a su amigo Iker llevándoselo al Oporto y desde que tiito Louis Van Gaal le echó otra mano, pero esta al cuello, a De Gea, sentándolo en la grada junto a Victor Valdés.

La gran chapuza

Y los March, que si algo no son es tontos, intuyeron que el ser superior había aprendido lo suficiente en el roce con su banca como para no hacer el ridículo más grande de la historia del fútbol español. Que no es, ustedes me van a perdonar, haber llegado 29 segundos tarde a presentar la documentación de esa operación, sino no ser capaz de hacerla en meses, casi un año, cuando, repito, toda España, media Europa, buena parte de América y un pellizco de China, sabían cual era la bomba galáctica de Florentino para el 2015.

No han de estar, no, muy contentos los poderosos March de que su dinero esté en manos de semejante improvisador. Hasta es posible que el líder de la cuarta generación de banqueros, Juan March de la Lastra, le haya enviado un Whatsapp o mensaje (Florentino suena más a mensaje) con las cuatro claves que sugiere la Banca March de por qué hay que trabajar con ellos, porque dicen, «entendemos sus metas, diseñamos la estrategia, hacemos el seguimiento y evaluación de la operación y siempre encontramos soluciones a su medida». Y podrían añadir: a tiempo. Las cuatro claves que Florentino se saltó olímpicamente. De ahí que los March, por poco dinero que tengan en ACS (y no es poco, créanme), puedan leer esta fallida, ridícula, vergonzante y circense operación frustrada como un aviso de que su hombre empieza a hacerse mayor.

Para millones de forofos, Florentino es el presidente del Real Madrid y a ellos esta chapuza galáctica solo les provoca risas y algún que otro meme genial como ese en que se ve a Edurne mirando seria y retadoramente, a su chico y diciéndole: «Si no querías conocer a mis padres, me lo hubieses dicho y ya está».

Pero para los poderosos, que no son los que mandan o gobiernan, sino los que tienen el dinero y hasta una playa entera como Es Carbó donde, dicen, cambian la arena de color cada mes (puede que sea una leyenda pero dado el señorio, cuela), maniobras fallidas con audiencias de miles de millones de personas, hacen mucho daño, porque habrá habido, ya, algún joven colega de fortuna que le habrá hecho la coñita a Juan March de la Lastra.