La rueda

La atención del foco

Todo lo del 'procés' es actualidad, y la realidad cotidiana pasa a un segundo plano

ESPERANZA GARCÍA

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Veinticinco mil personas. Y no cualesquiera. Son 25.000 valientes, 25.000 luchadoras, 25.000 revolucionarias, 25.000 campeonas de la solidaridad. Y allí estaban. Sin necesidad de convocatoria a través de televisiones públicas, con un discretísimo apoyo institucional y sin cuñas radiofónicas a todas horas. Hablo con cierta desazón de lo inadvertidas que han pasado en las crónicas de televisiones catalanas y portadas de periódico las personas que el domingo se reunieron en Barcelona en el día internacional contra el cáncer de mama. Uno de tantos contrasentidos presentes en el día a día de Catalunya. Todo lo referente al procés procéses actualidad, incluso la anécdota burda. Si forma parte de la realidad cotidiana, pasa a un segundo plano.

Otro tanto de lo mismo ha sucedido con las diez personas fallecidas a consecuencia de la legionela a lo largo de estos 40 días. Desde que el pasado mes de septiembre se conociera la existencia del brote, poco o nada sabemos de su origen y gestión. Ni de boca de la Generalitat -Boi Ruiz compareció el 15 de octubre con la misma información que ya se sabía a principios de septiembre- ni a través de los medios.

De lo que sí hemos tenido enfoques multidireccionales es de la exigencia por parte de la ANC y Òmnium de unas elecciones anticipadas. Es toda una aberración democrática que un lobi seudopolítico decida cuándo los ciudadanos estamos convocados a elecciones. Nuestros representantes no son nada, lo son los de las flashmob callejeras. En tres meses tenemos elecciones, según Forcadell. Amén.

También fue noticiable el berrinche infantil de Junqueras, el pasado viernes mientras era entrevistado en Catalunya Ràdio, porque Artur Mas ha sustituido el referéndum por una consulta al estilo arenyenc. Y es que ya lo dijo Proust: «El pueblo se inquieta al ver llorar, como si un sollozo fuera más grave que una hemorragia».