ANÁLISIS

El último tuit de Trump

La cuestión es ahora si el presidente de EEUU quiere llevar el mensaje hasta el final y cambiar la dinámica de la guerra en Siria o ha sido solo un impulso. Solo un tuit más

Imagen del lanzamiento de un misil contra una base siria desde el 'USS Ross' , esta madrugada.

Imagen del lanzamiento de un misil contra una base siria desde el 'USS Ross' , esta madrugada. / MC3 (SW) Robert S. Price/HK

RAFAEL VILASANJUAN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Donald Trump, el presidente que hablaba solo al oído de los norteamericanos, el que quiere sellar fronteras, el que pone a su país por delante de todo, ha descubierto que existe también un mundo fuera, del que a partir de hoy le va a resultar difícil desvincularse. Trump ha cambiado de estrategia, el ataque a la base militar del ejercito de Bashar el Asad en Siria, puede ser como un tuit más, de esos con los que el presidente airea amenazas y lanza emociones. El medio centenar de misiles lanzados al Ejército sirio son también un mensaje corto, directo y contundente con el que Trump, más allá de sus fronteras, anuncia que sale al mundo. Ahora la cuestión es saber hasta dónde querrá llegar.

Utilizando su poder de comandante en jefe, Trump pasa al ataque y lo hace a su manera, es decir, sin importarle qué van a opinar los demás, sin compartir con sus socios militares en la OTAN, sin consultar al Consejo de Seguridad y sin pasar por el Congreso. Pero no está solo, a la hora en que la crítica a su acción unilateral arrecia, la ausencia del más mínimo acuerdo de la comunidad internacional en cinco años para frenar al Gobierno sirio no es un argumento menor, más bien al contrario es su mejor defensa, al tiempo que pone en evidencia la parálisis de la ONU.

De hecho, el primero en enterarse de este ataque fue el presidente chino, su principal socio económico pero rival en la esfera política. ¿Coincidencia? Mientras le daba la mano y compartía cena en su residencia particular en Florida, Trump lanzaba su primera batería de misiles. Todo un aviso a su invitado, opuesto siempre a cualquier intervención en el Consejo de Seguridad bajo el pretexto de no injerir en la soberanía de otros estados, el mismo argumento que emplea para seguir cubriendo los caprichos nucleares de su vecino en Corea del Norte.

ANTES DEL ENCUENTRO EN MOSCÚ

Pero hay más, el ataque se avanza a la reunión que la semana próxima va a llevar al secretario de Estado Rex Tillerson a Moscú para hablar con Vladimir Putin. Si la agenda estaba entonces centrada en la investigación de los ciberataques, cambia el mensaje para decirle al presidente ruso que no van a dejar mano libre a su socio en Siria, que por cierto les engañó cuando dijo entregar todo su arsenal químico, mientras se guardaba unos restos.

¿Empieza un conflicto nuevo? Trump ha dicho que no será una intervención, solo un ataque instintivo frente a unas imágenes insoportables de niños gaseados, un aviso para que Siria no vuelva a utilizar armas químicas contra la población. Pero ha entrado en guerra, ha utilizado la fuerza por primera vez contra el régimen de Asad y eso genera riesgos, el principal es la posibilidad de ahondar el vacío en una zona del mundo plagada de facciones radicales islámicas listas para ocuparlos. Sin una ofensiva diplomática y política,  las bombas de Trump no acabarán con un conflicto que lleva más de seis millones de personas desplazadas.

América primero, aunque parece que hay mas. Tal vez Trump piense que hay bastante con un solo mensaje, una acción quirúrgica, pero todo apunta a que empieza otra etapa. El presidente ya se ha manchado de sangre, la cuestión ahora es si quiere llevar el mensaje hasta el final y cambiar la dinámica de la guerra en Siria o ha sido solo un impulso. Solo un tuit más.