Editorial

La asignatura pendiente de la igualdad

Que Grecia no tenga ministras refleja algo general, como es la ausencia alarmante de mujeres en cargos de dirección y gestión

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Syriza sigue causando sorpresas. A la celeridad y a la alianza con un partido de la derecha nacionalista situado en sus antípodas ideológicos, ha seguido la formación de un Ejecutivo en el que no hay ni una sola mujer ocupando una cartera ministerial. Siendo la formación política que lidera Alexis Tsipras un conglomerado de partidos de izquierda, defensores de la igualdad, la notoria ausencia ha despertado un alud de críticas, especialmente en las redes sociales. Curiosamente las mayores críticas no proceden de Grecia. En España la etiqueta #SinMujeresNoHayDemocracia ha hecho gran fortuna en Twitter.

El anterior Gobierno que lideraba el conservador Andonis Samarás únicamente tenía una mujer de un total de 18 ministros. El nuevo Parlamento contará con 68 diputadas de un total de 300. La paridad y las cuotas no parecen ser una exigencia de la sociedad griega, pero para una formación como Syriza, portadora de un promesa de cambio real, la incorporación de ministras (hay seis mujeres entre viceministras y secretarias de Estado de un total de 40 altos cargos) debía haber resultado una exigencia, un compromiso ineludible.

El eco que esta ausencia ha encontrado especialmente en España responde a las altas expectativas que Syriza había generado en Podemos que aspira a emular su victoria en las elecciones españolas. Si el pacto con un partido nacionalista de derecha ya descolocó a la formación de Pablo Iglesias, la ausencia de mujeres ha añadido gran perplejidad. Sin embargo, esta ausencia también está siendo utilizada de manera hipócrita por partidos empeñados en combatir a Podemos cuando los ejemplos de escasa presencia de mujeres en varios terrenos públicos (en muchas tertulias, por ejemplo) es muy notoria además de vergonzante.

A Grecia le queda todavía mucho camino por recorrer en el campo de la igualdad, pero la ausencia de ministras refleja una realidad que va más allá del país heleno y de la política. Es la ausencia alarmante de mujeres en puestos de dirección y gestión. La pasada semana se cerraba en Davos el foro que anualmente reúne a los poderosos de la tierra, desde la política a la economía y la empresa. El porcentaje de mujeres asistentes fue del 15% y bajando en relación a la edición anterior cuando se introdujo una tímida cuota.